Con la llegada del otoño, y el descenso de temperaturas, llega también el cambio de hora. Se hace el último domingo de octubre y en este 2024, el último cambio de hora del año, de horario de verano a invierno, se llevará a cabo el último fin de semana de octubre. Este ajuste ocurrirá en la madrugada del sábado 26 al domingo 27, cuando a las 3:00 a.m. retrocederemos una hora, volviendo a ser las 2:00 a.m.
Este será el cambio de hora más tardío previsto hasta 2026, según lo confirmado oficialmente por el Gobierno. En los años 2025 y 2026, el cambio se producirá antes, los días 26 y 25 de octubre, respectivamente, de acuerdo con la Orden publicada por el Ministerio de la Presidencia en marzo de 2022.
Este ajuste al horario de invierno implicará que el amanecer y el anochecer ocurran más temprano, lo que dará la sensación de que los días son más cortos.
Cambio al horario de invierno:
El nuevo horario de invierno tiene como efecto que los días sean más cortos, dado que anochece antes y, por tanto, se reduce la luz natural. El objetivo de este cambio es reducir el consumo de energía, haciendo coincidir el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz. Una costumbre de modificar la hora, tanto atrasarlo en invierno como adelantarlo en verano, que se empezó a aplicar de forma generalizada en 1974 para poder aprovechar mejor la luz del sol tras la primera crisis del petróleo.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación en España por el cambio de hora puede llegar a representar un 5 por ciento del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
Ventajas e inconvenientes
Ofrece numerosas ventajas para la salud, tal y como afirma el doctor Gonzalo Pin, jefe del Servicio de Pediatría y de la Unidad de Sueño del Hospital Quirónsalud Valencia.
Gracias a este nuevo cambio horario, el sol saldrá una hora antes, lo que facilitará un despertar más acorde con los relojes biológicos, proporcionando un inicio de jornada más armónico desde el punto de vista fisiológico. También adelantará nuestros horarios de alimentación y sueño, lo que favorece ir a la cama antes y, por lo tanto, dormir más horas. Anticipar los horarios de comidas puede contribuir a la disminución de la obesidad y la diabetes 2, y un mayor tiempo de descanso favorece la disminución de la tasa de accidentes laborales y de tráfico, muchos de ellos relacionados con el déficit crónico de sueño.
Entre las desventajas de este nuevo horario, que nos acerca más al del sol, el especialista señala la pérdida de una hora de luz por la tarde, «pero solo los meses de mayor número de horas de sol, que comprende desde finales de marzo hasta finales de octubre».
Por sus múltiples ventajas, el doctor Pin abogaría por mantener este horario a lo largo del año, «ya que los cambios no solo se producen en nuestros relojes, sino también en nuestros estilos de vida; y sus consecuencias, en nuestra salud».