El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha anunciado la creación de “una Comisión diocesana de lucha contra el paro y a favor del empleo digno”, porque “debemos colaborar con generosidad y unidos” con todos los que están sufriendo la crisis económica derivada de la pandemia por el COVID-19.
Así, el Cardenal ha apuntado que, en esta línea de acción, la diócesis de Valencia se suma “renovando y poniendo en vigor una Comisión o Junta diocesana, plural y disciplinar, por los parados y el empleo y la regeneración social, una Comisión de cristianos comprometidos, libre de pensamiento, crítica e independiente, que se fije en lo económico, prioritariamente, pero también en otros aspectos necesarios para el bien común y el bien de la persona, moral, humana, espiritual, y la urgente recomposición moral, espiritual y cultural del tejido social” y que “todos juntos, con lealtad, claridad, verdad y generosidad colaboremos unidos”.
Según expresa el Arzobispo “estamos en una situación muy difícil, no sólo por la pandemia del COVID-19, sino por las múltiples crisis derivadas de ella, entre las cuales es muy sensible la gente y la destaca la gravísima crisis económica con unas cifras escalofriantes de destrucción de empresas pequeñas y negocios y la pérdida de miles de puestos de trabajo con todo lo que esto significa”.
“Tened por muy cierto que Jesucristo está abrazado y unido a todos ellos y a esa multitud ingente, incontable, de los que gimen bajo la dura realidad de las múltiples y nuevas pobrezas, como la del COVID-19, que afligen a este mundo, muy querido por Dios, por Jesucristo que nos quiere de verdad”.
En ese sentido, el cardenal Cañizares asegura que “por el don que se nos ha hecho a Jesucristo, podemos ver conscientes de que toda persona es un sagrario vivo e inviolable, un portador de Cristo, que se identifica singularmente con los pobres, los que padecen hambre o sed, los que no tienen techo bajo el que vivir, los desahuciados, los que carecen de vestido, los que están enfermos, son extranjeros o inmigrantes, los que están privados de libertad o han perdido su puesto de trabajo, los que viven en las esclavitudes antiguas o nuevas, están amenazados en sus vidas o son privados de ella vilmente con la persecución o el exilio, los que mueren perseguidos por su fe o en las pateras que surcan el mar buscando una situación mejor para sí mismos o sus familias”.
Por ello, el Arzobispo de Valencia invita a “ser misericordiosos”, que “entraña el hacer en estos momentos cuanto podamos por los parados, por lo que han perdido su trabajo, que tantos dramas están causando, y exigir a quien debamos hacerlo que gestionen bien la cosa pública y Dios les ilumine de tal manera que a los trabajadores nadie les robe la dignidad del trabajo, que se cree riqueza por el mantenimiento de las empresas, y promuevan un rearme moral que está en la base para un cambio de situación tan grave como en la que estamos sumidos”.
Funeral por los fallecidos por la pandemia
Durante la misa que presidió ayer el cardenal Cañizares en la Basílica de la Virgen a puerta cerrada con motivo de la fiesta de la Virgen, anunció también la celebración- “en el momento que sea oportuno”- de un funeral por los que han fallecido víctimas de la pandemia y otro por los sacerdotes que han muerto en el tiempo del confinamiento por el estado de alarma”, así como otro más, en Capitanía General, por los militares fallecidos.
Igualmente, “cuando las circunstancias lo permitan, celebraremos la procesión de Nuestra Señora de los Desamparados, con el ´maremóvil` la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados recorrerá las calles y plazas de Valencia, sus barrios humildes y altos, y se parará ante los hospitales y las residencias y visitará el cementerio”.
Según el Arzobispo, “todos estáis con la Virgen de los Desamparados y Ella está presente con vosotros, a vuestro lado, es una presencia confortadora, porque los valencianos sentimos su presencia especialmente en momentos de tribulación y desamparo, como ahora, que es cuando más necesitamos de Ella; en todas las tempestades y dificultades acudimos a Ella, es nuestra protección y auxilio, es nuestra esperanza y amparo, y no sabemos ni podemos separarnos de Ella”.
Momento para renovar la devoción por la patrona
En su homilía, el Cardenal destacó que “en estos días experimentamos nuestras limitaciones, la fragilidad, el hecho de la muerte, pero también la gran promesa de la victoria sobre la muerte” y “Jesucristo viene a traer la buena noticia con amor preferencial por los pobres y desvalidos, no podemos olvidar que Dios nos ama a cada uno”.
También ahora “es fundamental que renovemos la voluntad común de mantener a la Virgen de los Desamparados como patrona y es también una ocasión para reavivar los corazones de los valencianos y la entrañable devoción a su venerada patrona”, ha dicho.
El Cardenal recordó, también, que “somos una diócesis evangelizadora, en obras y palabras, nos sentimos llamados a ser las obras de fe y a esto ha de contribuir también a nuestro Sínodo diocesano que desde el primer momento pusimos en sus manos de Madre para fortalecernos en la fe, una fe que nos conduce a permanecer atentos a las carencias y sufrimientos de los hombres bajo el dolor o desamparo, a que nos sintamos muy cercanos a los enfermos y ancianos, a los que viven en soledad, a los amenazados en sus vidas y perseguidos por ser cristianos”.
La misa fue concelebrada por los obispos auxiliares de Valencia monseñor Javier Salinas y Vicente Juan Segura, y el arzobispo emérito de Zaragoza, el valenciano monseñor Manuel Ureña; además de por miembros del Cabildo de la Catedral de Valencia.