La actriz Claudia Cardinale, considerada uno de los grandes iconos del cine italiano y europeo del siglo XX, ha fallecido este martes a los 87 años en la región de Île-de-France, en las cercanías de París, según confirmaron medios franceses. Su pérdida supone el adiós a una de las intérpretes más admiradas de la gran pantalla, símbolo de elegancia, talento y carácter.
Una vida marcada por el cine desde sus inicios
Nacida en Túnez en 1939, en el seno de una familia siciliana, Claudia Cardinale creció en un entorno donde convivían la cultura mediterránea y la influencia francesa del protectorado. Aunque sus orígenes estuvieron lejos de los focos, un concurso de belleza en 1957 cambió para siempre su destino. El premio incluía un billete para la Mostra de Venecia, puerta de entrada a la industria cinematográfica italiana.
Su debut llegó poco después en «Goha» (1958), junto a Omar Sharif, una producción que le abrió paso en Europa y Hollywood. Desde entonces, su presencia en pantalla cautivó a directores y espectadores por igual.
La gran dama del cine europeo
Durante las décadas de los 60 y 70, Claudia Cardinale se consolidó como una de las actrices más relevantes del cine europeo. Trabajó con nombres legendarios como Luchino Visconti, Federico Fellini, Sergio Leone, Richard Brooks, Franco Zeffirelli o Mario Monicelli, demostrando una versatilidad que le permitió alternar el drama, la comedia y el cine histórico.
Entre sus películas más recordadas destacan:
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«Il Gattopardo» (1963), donde brilló bajo la dirección de Visconti junto a Burt Lancaster y Alain Delon.
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«Ocho y medio» (1963), de Federico Fellini, en la que encarnó un papel enigmático y magnético.
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«C’era una volta il West» (1968), de Sergio Leone, donde interpretó a Jill McBain, la inolvidable mujer del Oeste.
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«La pantera rosa» (1963), con Peter Sellers, que la acercó al gran público internacional.
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«Las petroleras» (1971), un western rodado en España junto a Brigitte Bardot.
Su vida personal y las sombras del éxito
El ascenso de Cardinale no estuvo exento de episodios dolorosos. En plena juventud sufrió una violación de la que quedó embarazada. Su hijo Patrick nació en Londres y durante años ella aseguró que era su hermano menor, hasta que finalmente reveló la verdad.
En lo personal, estuvo casada con el productor Franco Crisaldi, pero siempre afirmó que el “único hombre” de su vida fue el director napolitano Pasquale Squitieri, con quien tuvo a su segunda hija, Claudia.
Hollywood y el rechazo a dejar Europa
Aunque trabajó en numerosas producciones en Estados Unidos, compartiendo pantalla con John Wayne, Rita Hayworth, Anthony Quinn o Steve McQueen, Claudia Cardinale nunca se sintió completamente identificada con Hollywood. En entrevistas, reconocía: “Yo me siento europea y en Europa quiero vivir”.
Su personalidad arrolladora y su belleza mediterránea la convirtieron en un mito, aunque ella siempre defendió que lo más importante era su trabajo como actriz y no su condición de sex symbol.
Compromiso social y legado
Más allá del cine, Claudia Cardinale fue una mujer comprometida con causas sociales. Defendió la igualdad de género, la protección del medio ambiente y la lucha contra la violencia de género, creando una fundación con su nombre.
En sus últimos años residió en París, ciudad a la que se trasladó huyendo del acoso mediático de Roma. Desde allí siguió recibiendo homenajes y premios que reconocían su trayectoria y su impacto en la cultura cinematográfica. Entre sus últimas apariciones destaca «El artista y la modelo» (2012) de Fernando Trueba y el filme búlgaro «Twice upon a time in the west» (2015).
Claudia Cardinale, un icono que trasciende generaciones
La muerte de Claudia Cardinale deja un vacío en la historia del cine italiano e internacional. Su legado permanece en cada una de sus interpretaciones, en su defensa de la libertad femenina y en su condición de musa indiscutible de una época dorada del séptimo arte.
La actriz que hizo soñar a millones de espectadores con su talento y belleza se despide a los 87 años, pero su presencia en películas inmortales asegura que su recuerdo permanecerá vivo para siempre.