Este martes ha remitido una carta al Alcalde comunicando su decisión. Ortiz: “me voy, en contra de mi voluntad, no estoy ni imputado ni investigado, pero me voy única y exclusivamente para no poner en riesgo el proyecto de ciudad que hemos impulsado”.
Roque Ortiz ha presentado su renuncia como concejal del Ayuntamiento de Murcia y ha remitido un escrito al Alcalde comunicándole su decisión.
En la carta que dirige al Alcalde asegura que “me voy del Ayuntamiento de Murcia con la conciencia tranquila, la cabeza bien alta y la seguridad de haber cumplido mi cometido”.
“Me voy, reconozco que cometí un error, un desafortunado error verbal -como ya he reconocido públicamente- que durante estos días me ha hecho reflexionar sobre si merece la pena la política, cuando esta muestra su peor cara, el acoso personal y familiar, la hipocresía y la falsedad…especialmente cuando no necesitas la política para vivir”, continúa Ortiz, quien afirma que en los 951 como concejal “he visto lo peor y lo mejor de la política”.
En su escrito de renuncia, Roque Ortiz confiesa que “me voy pero puedo asegurarte que he puesto toda mi capacidad en lo encomendado con el fin de llevar a cabo la ilusión compartida de una Murcia mejor, y que lo he hecho respetando siempre la legalidad vigente. Si hubiera habido la más mínima irregularidad no haría falta que nadie hubiese pedido mi renuncia”.
“Me voy, en contra mi voluntad, no estoy ni imputado ni investigado ni en ninguna instancia judicial de tipo alguna, administrativo o penal –no como otros- pero me voy única y exclusivamente, para no poner en riesgo el proyecto de ciudad que hemos impulsado y no quiero ser la causa de que la gestión de tu equipo pueda verse empañada de forma injusta. Vale más la pena, una noble acción silenciosa que una vulgar aplaudida”, indica en su carta de renuncia.
Continúa el escrito diciendo que “cuatro días son más que suficientes para tirar por tierra todo nuestro trabajo”, para añadir que “soy de los que todavía le dan valor al honor y a la justicia. Y no estoy dispuesto a que mi honor se ponga en cuestión cuando no he cometido ninguna irregularidad, quien me conoce sabe que es incompatible con mi forma de entender el servicio público”.
Ortiz concluye su escrito recordando que “no soy un político profesional, no sé jugar a este juego de trincheras, de imposturas artificiosas en lo que se ha convertido eso que llama la nueva política. No he buscado probar mi valor comparándome con los demás. Disfruto siendo quien soy, no siendo mejor que los demás”.