La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, también conocida como la Navidad, es una celebración cristiana que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén. La historia de la Natividad está principalmente registrada en los Evangelios de Mateo y Lucas en el Nuevo Testamento de la Biblia.
Según la narrativa bíblica, María, una joven virgen prometida en matrimonio a José, recibió la visita del Arcángel Gabriel, quien le anunció que concebiría por obra del Espíritu Santo. José, inicialmente preocupado por la situación, también recibió un mensaje divino en un sueño que lo tranquilizó y lo alentó a aceptar a María como su esposa.
El emperador romano César Augusto ordenó un censo que requería que todos regresaran a su lugar de origen para ser registrados. José y María, como descendientes de la casa de David, viajaron desde Nazaret hasta Belén, la ciudad de David. Debido a la gran afluencia de personas, no encontraron lugar en las posadas, y finalmente, María dio a luz a Jesús en un establo, donde fue colocado en un pesebre.
La Natividad también incluye el relato de los pastores que cuidaban sus rebaños en la región. Un grupo de ángeles se les apareció, anunciándoles la buena nueva del nacimiento del Salvador. Los pastores se dirigieron rápidamente a Belén y encontraron al niño envuelto en pañales, tal como les habían dicho los ángeles.
Además, según el Evangelio de Mateo, unos sabios o magos del oriente, conocidos como los Reyes Magos, siguieron una estrella que los condujo hasta el lugar donde nació Jesús. Le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra como muestra de adoración y reconocimiento de su importancia.
La Natividad de Jesucristo es celebrada el 25 de diciembre en la tradición occidental, mientras que en las iglesias orientales, como la ortodoxa, se celebra el 7 de enero. La festividad ha trascendido las fronteras religiosas y se ha convertido en una celebración culturalmente significativa en todo el mundo, marcada por la alegría, la generosidad, el intercambio de regalos y la reunión familiar. Además, muchas comunidades cristianas realizan servicios religiosos especiales, como la Misa del Gallo, para conmemorar este evento central en la fe cristiana.