La Comunitat Valenciana va a aplicar desde este sábado por la noche y hasta el 9 de diciembre un toque de queda que supondrá que entre la medianoche y las seis de la mañana solo podrán transitar por la calle quienes vayan a trabajar, tengan una urgencia médica o se desplacen para atender a personas dependientes.
Además, se limita a 6 el número máximo de personas que pueden participar en una reunión social o familiar en espacios públicos y privados; los jardines y zonas de ocio al aire libre se cerrarán a las diez de la noche; y en los establecimientos hosteleros el consumo será siempre en mesa, con un máximo de 6 personas, y se cerrará a medianoche.
Así lo ha anunciado el president del Consell, Ximo Puig, en una declaración institucional en la que ha informado también de que la Generalitat va a pedir al Gobierno la declaración del estado de alarma, ya que es el instrumento jurídico «más útil» para afrontar la difícil coyuntura actual desde la unidad de acción y la cogobernanza.
Puig ha hecho un llamamiento al conjunto de Gobiernos autonómicos y de las fuerzas parlamentarias del Congreso para que secunden esta propuesta «antes de que sea demasiada tarde», pues a su juicio no hay que «centrifugar la responsabilidad».
En la nueva resolución de la Conseleria de Sanidad, que se va a publicar de inmediato y que entra en vigor a la 1 de esta madrugada, se fija también la prohibición de la venta de alcohol de 10 de la noche a 8 de la mañana, excepto en hostelería y restauración.
Asimismo, se establece la recomendación de aplazar las reuniones familiares o sociales que no sean imprescindibles, y de limitar la actividad social en las próximas semanas.
Puig ha explicado que la resolución será enviada al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana para su ratificación y que se fundamenta en la ley orgánica de Medidas especiales en materia de salud pública de 1986, que autoriza la adopción de medidas excepcionales si hay «riesgo inminente y extraordinario» para la población.
Ha indicado que ese riesgo «es innegable», pues los casos detectados esta semana duplican los de la semana anterior y dos de cada tres brotes tienen un origen social, por lo que es «inaplazable» evitar la concentración y deambulación de personas en la franja nocturna en la que se producen botellones y fiestas privadas en domicilios particulares.
Según ha señalado, el Consell y la Abogacía de la Generalitat consideran que estas nuevas medias son «idóneas, necesarias y proporcionales», y ha hecho un llamamiento a la corresponsabilidad de todos los ciudadanos, para poder llegar a Navidad «en las mejores condiciones» y no «estrangular la economía y la vida cotidiana con medidas que nadie desea».
Puig ha aseverado que «ya basta» de «irresponsabilidades aisladas que ponen en peligro» a cualquier ciudadano, y ha explicado que en solo tres meses la Generalitat ha levantado más de 20.000 actas de propuestas de sanción por incumplir las medidas anticovid.
El president ha defendido que la evolución del coronavirus obliga a adoptar estas nuevas medidas, pues aunque la Comunitat es la autonomía peninsular con menos incidencia acumulada, la situación empeora -hoy se han registrado 1.690 casos, la mayor cifra de la pandemia- y hay que actuar «con contundencia», pues perder tiempo «es perder vidas».
«No es tiempo de las discusiones, sino de las soluciones», ha afirmado Puig, quien ha defendido que, mientras llega una respuesta conjunta, la Comunitat «no va a quedar esperándose», porque es «demasiado importante» lo que está en juego.