Convocada por la Asociación de vecinos y vecinas y Amics y amigues de la Malva, la gente ha salido a la calle cazuela en mano y se ha concentrado en la zona de las cuatros esquinas del barrio,
junto a las Casitas rosas, donde se centra principalmente esa venta y consumo.La cacerolada forma parte de una serie de
acciones que están llevando a cabo cada quince días desde octubre y hasta el mes de diciembre, para dar visibilidad a los problemas que tiene el barrio, como el tráfico de drogas y su consumo en las calles, «que ha ido en aumento en los últimos tres años» y que a su vez genera una degradación de la zona.
Así lo ha explicado a EFE una portavoz de la asociación vecinal, Elena Borbolla, quien ha indicado que «encontrar a gente consumiendo droga en tu patio, en el parque o en un solar cercano es algo que preocupa mucho a la gente».
Ha asegurado que esa situación está conllevado, además de la degradación del barrio, problemas de convivencia, pues se están cometiendo robos, por lo que van a seguir haciendo acciones de protesta.
Borbolla ha indicado que se sienten también abandonados por parte del Ayuntamiento de València y de las Administraciones, que «están invirtiendo muy poco» en el barrio y en consecuencia hay solares sucios, plazas por urbanizar «que nunca se urbanizan» y proyectos que no se acaban de concretar, como la biblioteca.
«El barrio tiene una serie de necesidades y queremos que se solucionen», ha manifestado la portavoz vecinal, quien ha defendido la necesidad de un plan integral para atajar el problema de la droga y ha indicado que seguirán pidiendo reuniones con concejales para tratar con ellos el estado de la Malva-rosa.