València, 9 ago (EFE).- La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a dos años de prisión por un delito de estafa a un hombre que engañó a su novia haciéndole creer que era futbolista profesional y tenía un contrato con el Levante para que ésta le diese 7.500 euros.
El procesado deberá devolver esa cantidad a la víctima, a la que mostró un contrato de trabajo y un extracto bancario falsos.
Sin embargo, el acusado ha sido absuelto del delito de falsedad en documento mercantil, porque los magistrados han entendido que dichos papeles no circularon en el ámbito legal.
Condenado y víctima se conocieron en junio de 2017 a través de una red social y, tras varias conversaciones, iniciaron una relación sentimental. Poco después el hombre, que residía en Las Palmas, se trasladó a vivir a la casa de su novia, en un municipio de la provincia de Valencia.
Según relata la resolución, hecha pública este martes por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, entre los meses de julio y septiembre de 2017 el condenado aparentó ser una persona solvente.
Además le dijo a la víctima que tenía negocios en Marbella, que residía en una urbanización de lujo, que era jugador de fútbol profesional y que tenía depósitos bancarios con grandes cantidades de dinero en Andorra y en España.
Jugador del Levante UD
Para construir esa apariencia, el hombre le pasó a la perjudicada una copia de un documento falso llamado “Acuerdo profesional de fútbol con el Levante U.D.”, en el que constaban sus datos personales, y un resguardo bancario, también falso, con un saldo de más de 96.000 euros.
Los documentos no llegaron a formar parte del tráfico mercantil y solo fueron exhibidos a la víctima como parte del fraude, según consta en la sentencia.
Con la excusa de su falta de liquidez, porque tenía los ahorros a plazo fijo en el banco, el penado le pidió dinero a la víctima, que le entregó hasta 7.500 euros, repartidos en varias cantidades, con el compromiso de devolución.
Sentencia
En la sentencia, la Sala considera que el condenado ideó el engaño desde el principio de la relación ya que cuando contactó con la perjudicada por redes sociales se interesó por su situación económica y por si trabajaba, para después aparentar ser “un hombre de negocios triunfador, mezclando al mismo tiempo esa faceta y el pretendido amor que le profesaba” para pedirle dinero.
El Tribunal añade que todas las maniobras fraudulentas que realizó el falso futbolista y empresario provocaron un error en la víctima “que no solo creyó en la relación sentimental que mantenían sino también en su capacidad económica y en esa devolución”, por lo que accedió a darle el dinero.
La sentencia no es firme y se puede recurrir ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJCV.