El coronavirus ya circulaba entre los españoles mucho antes de lo que se creía. Al menos, un mes antes de que se decretara el estado de alerta y el país se viera obligado a adoptar las mayores restricciones de movilidad en décadas. Investigadores del Centro Nacional de Microbiología, perteneciente al Instituto de Salud Carlos III, han publicado un estudio genético sobre la transmisión del patógeno en España, y han llegado a la conclusión de que el virus entró por hasta quince vías diferentes y ya existía transmisión comunitaria alrededor del 14 de febrero, al mismo tiempo que descartan la existencia de un paciente cero.
El trabajo científico, firmado por Francisco Díez y María Iglesias, ha sido publicado como ‘preprint’, y por lo tanto incluye resultados preliminares que no han sido sometidos a la revisión por pares. El estudio ha analizado los 28 primeros genomas completos del virus secuenciados en España, trazando el rastro de las erratas que se producen en el ARN del virus al reproducirse, El resultado no apunta hacia un único paciente cero, sino que confirma “multitud de entradas” de personas infectadas desde otros países durante el mes de febrero.
El nuevo virus tiene un gran potencial de transmisión que se debe en gran medida a su elevada capacidad de reproducción: una vez dentro del cuerpo de la persona infectada, cada uno de estos virus se reproduce hasta 100.000 veces en solo 24 horas. Pero en cada copia pueden surgir pequeños fallos de replicación, que los nuevos virus heredan. Estudiando esos errores, se puede trazar de una manera muy concluyente la evolución del patógeno en su expansión a lo largo y ancho del mundo.
El estudio, en el que también ha colaborado el Hospital Clinic de Barcelona, ha realizado análisis filogenéticos y filodinámicos para estimar el origen temporal y geográfico más probable de los diferentes clados o familias -que definen la evolución biológica de un organismo- y las vías de difusión. Su conclusión es que al menos dos de estas entradas del virus dieron lugar a «la aparición de conglomerados transmitidos localmente, con la posterior difusión de uno de ellos a otros seis países por lo menos”.
«Extraordinario» potencial pandémico
Estos resultados “ponen de relieve el extraordinario potencial del SARS-CoV-2 para una rápida y amplia difusión geográfica”, señala el estudio, que ha sido publicado en el repositorio de informes científicos BioRxiv.
El análisis del genoma del coronavirus ha identificado tres grandes clados o familias que se extienden por todo el mundo, designados G, V y S. Los análisis de las secuencias del genoma completo del SARS-CoV-2 obtenidas de pacientes en España han revelado que la mayoría de ellas están distribuidas en los clados S y G (13 secuencias en cada uno) y las dos secuencias restantes se ramifican en el clado V.
El ancestro común más reciente de la pandemia del SARS-CoV-2 se localiza en la ciudad china de Wuhan, alrededor del 24 de noviembre de 2019. El origen de los clados S y G de España se sitúa en el 14 y 18 de febrero de 2020, respectivamente. Los tres primeros pacientes S identificados en España se han detectado con muestras tomadas los días 26 y 27 de febrero en Valencia, algo que podría tener relación con el viaje de miles de aficionados valencianistas a Milán para asistir al partido de Champions contra el Atalanta, disputado el 19 de febrero.
Sin embargo, el análisis genético sugiere que los coronavirus de la familia S ya circulaban por España antes, alrededor del 14 de febrero. También, apunta a que otros virus de la familia G ya circulaban por Madrid sobre el 18 de febrero.
Preguntado por los resultados de este estudio, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, ha afirmado que «es muy seguro que en España hubiera casos asintomáticos que se nos escaparon» a mediados de febrero.
Respecto a la ausencia de un único paciente cero, Simón ha dicho que «es obvio que no lo hubo, porque si no, no hubiera sido tan explosivo e inmediato el crecimiento exponencial». «Que hubieran pasado casos desapercibidos días antes es perfectamente posible. Lo cierto es que si existía esa circulación no fue detectada por los servicios sanitarios», ha admitido.
Simón ha explicado que la gran ola de contagios en España se produjo durante la última semana de febrero, notificándose estos positivos alrededor de la segunda semana de marzo. «Si juntamos la información de la evolución genética del virus con la información epidemiológica, sabemos que el incremento importante de la epidemia en España en la segunda semana de marzo se debe a infecciones que se produjeron en la última semana de febrero. Epidemiológicamente está claro por los periodos de incubación. Esto es coherente con lo que dice el estudio», ha expuesto.
Sin embargo, para Simón la entrada del virus no supone que estuviera circulando libremente por España. «El virus original que salió de China, a medida que se va reproduciendo, tiene opciones de generar modificaciones en la descendencia, como de padres a hijos puede haber pequeñas variaciones en los genes. Esto hace que se pueda identificar cuándo van divergiendo las diferentes cepas del virus. Hacia mediados de febrero se ha detectado una divergencia de algunos de los virus que entraron en España con respecto a los originales. Pero que el virus que entró en España sea divergente no implica necesariamente que estuviera circulando en ese momento», ha manifestado.