València, 20 sep (EFE).- La agresión que sufrió hace un año en Barcelona la convirtió, sin ella quererlo, en un referente de la lucha que deben afrontar cada día las personas transexuales por el simple hecho de haber nacido en el cuerpo equivocado, y que le ha llevado, a sus 19 años, a vivir «cosas que no se merece nadie».
Eva Vildosola, conocida en redes sociales como @evacastt, donde suma más de 200.000 seguidores en Instagram, relata en «Me llamo Eva» (editado por Alienta, del grupo Planeta) su niñez, su cambio de identidad y cómo ha afrontado su reciente operación de cambio de sexo con el que fin de poder ayudar a jóvenes y familias que estén pasando por lo mismo.
En una entrevista con la Agencia EFE, afirma que su intención es aportar conocimiento e información sobre el proceso que ella ha vivido, y «abrir mentes, pero sobre todo, corazones» a la realidad de las personas como ella.
«Escribo este libro, sobre todo, como un manual de instrucciones. De pequeña busqué referentes e información y no había nada de nada. Hoy hay más cosas, pero no hay nadie que se siente y deje las cosas claras», afirma esta joven pamplonesa, residente en Barcelona.
PREJUICIOS E INCOMPRENSIÓN
Se trata de un testimonio real en primera persona que le ha «costado mucho» escribir, pues ha implicado revivir momentos muy duros de su vida, como aquel en el que decidió quitarse la vida porque no soportaba vivir de aquella manera, aunque a la vez «ha sido fácil» pues está narrando su propia vida.
El libro aborda diferentes momentos de una vida marcada por los prejuicios, la incomprensión, el acoso, los insultos y las agresiones tanto en la escuela como por parte de su familia paterna, que jamás aceptó que en realidad fuera una niña en un cuerpo de niño.
Pero también de incomprensión hacia ella misma, ya que desde muy pequeña ha sido consciente de que estaba en un cuerpo que no le correspondía, tenía claro que quería tener una vagina y le incomodaba enormemente verse los genitales, pero tardó mucho en poder hablar y poner nombre a aquello que le pasaba.
En el lado contrario está su familia materna, y especialmente su madre, quien siempre la aceptó como era y a la que considera su «ángel de la guarda». «Mi madre ha sido mi heroína, mi mejor amiga. Siempre ha estado ahí y nunca me ha puesto pegas para absolutamente nada de lo que quisiera hacer», afirma.
LA AGRESIÓN QUE CAMBIÓ SU VIDA
En noviembre de 2020, Eva Vildosola fue agredida en Barcelona y decidió denunciarlo en las redes sociales junto con una foto de su cara ensangrentada, una decisión que cambió su vida de la noche a la mañana, al darle una visibilidad para la que entonces no estaba preparada.
Su denuncia llegó al millón de «me gusta» y, de un día para otro, pasó de tener 15.000 a 200.000 seguidores en Instagram y convertirse en un referente por la visibilidad LGTBi, algo que siempre había tratado de evitar, pues se marchó a Barcelona huyendo de la etiqueta que tenía en Pamplona y buscando ser una chica más.
«Fue un ‘shock’, todo me vino de golpe», afirma a EFE esta joven, quien ahora se muestra satisfecha de que haya gente que le diga que gracias a ella un hijo se ha atrevido a contar a sus padres que en realidad es una mujer, por ejemplo.
Hoy ya no se esconde y ha decidido compartir públicamente su experiencia porque quiere ayudar a otras niñas en su mismo proceso, y ayudar a abrir la mente y el corazón de una sociedad en la que aún queda, a su juicio, «muchísimo camino por hacer».
Reconoce que en los últimos años ha habido un «giro radical» y ahora mismo «todo el mundo conoce, por lo menos, la palabra transexual y sabe lo que significa», pero defiende que «no vale solo con conocer lo que es ser transexual, sino que hay que intentar entenderlo y, sobre todo, intentar aceptarlo».
«Somos personas más allá de un tratamiento médico y lo que hacemos, lo hacemos porque de verdad es una necesidad. Lo único que sentimos durante todo el proceso es necesidad», explica Eva Vildosola, quien en mayo se sometió, por fin, a una operación de cambio de sexo que ha supuesto «un antes y un después» en su vida.