El gran cohete Starship de la empresa SpaceX, la compañía de Elon Musk, después de un exitoso despegue, explotó en el aire por motivos todavía por determinar aunque los ingenieros de la compañía señalaron que daban por buena la prueba.
La compañía señaló: “Como si la prueba de vuelo no fuera lo suficientemente emocionante, Starship experimentó un rápido desmontaje no programado antes de la separación de la etapa”.
Con 120 metros de altura y nueve metros de diámetro, se trata del cohete más grande y potente en la historia de la ingeniería aeroespacial, y ha sido concebido para transportar satélites, materiales y astronautas a la órbita terrestre, a la Luna y a Marte.
Además de su imponente tamaño, también destaca por su potencia, proporcionada por 33 motores Raptor desarrollados por SpaceX, que permiten enviar hasta 150 toneladas al espacio en cada lanzamiento, informa la compañía en su web.
El cohete está formado por la combinación de la nave Starship, de 50 metros de altura, y el propulsor Super Heavy, de 70 metros. Ambos están concebidos para poder ser reutilizados. Starship ha sido lanzado desde la plataforma que posee SpaceX en Boca Chica (Texas).
Problemas en el anterior intento
Estaba previsto que este primer vuelo de prueba se llevase a cabo el pasado lunes, pero una válvula presurizante congelada obligó a retrasar el lanzamiento de Starship. Durante la carga de propelente criogénico previa al despegue, se detectó este problema técnico, según explicó el propio Elon Musk en su cuenta de Twitter.
La NASA y otras agencias espaciales asociadas en el programa Artemis firmaron un contrato para que lleven astronautas a la superficie lunar a partir de 2025. Además, el objetivo de SpaceX es poner una Starship en órbita que pueda ser reabastecida de combustible por otra Starship, para que la primera pueda continuar su viaje hacia lugares más lejanos como Marte.
Por su parte, La NASA también está trabajando en su propio cohete para Marte, el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS).