Este año, Junta Central Fallera (JCF) ha incluido algunas novedades en la indumentaria oficial, entre las que destaca el jubón negro para las Cortes de Honor. Confeccionado a ‘l’antiga’, el jubón de manga larga negro se trata de una pieza histórica en la indumentaria fallera.
Tal como Amparo Fabra destaca, el jubón siempre “era confeccionado por manos profesionales y expertas de juboneros”, mientras que en el caso de las faldas “se solían hacer en casa”.
Una de las principales razones por la que el jubón negro se convirtió en una pieza imprescindible fueron los largos periodos de luto que se llevaban a cabo en estas épocas. Según recuerda Fabra, las mujeres casadas debían utilizar trajes negros y vestidos austeros, sobre todo para los actos eclesiásticos. Asimismo, aunque no todas las mujeres se casaban de negro, la mayoría todavía estaban dentro de ese tiempo de luto riguroso el día de su boda, así lo demuestran las fotos de boda que han llegado a nuestros días de finales del Siglo XIX.
En este sentido, según manifiesta Amparo Fabra, “las mujeres lucían el traje de Basquiña para las ceremonias religiosas”. De color negro u oscuro, el traje de Basquiña iba siempre acompañado de un pañuelo o un mantón, tanto negro como de color. Por su parte, la forma que se le da a las faldas son con polisón y un poco encoladas, según desvelan imágenes de finales del Siglo XIX.
Aunque se tiene constancia del uso del traje de Basquiña desde el siglo XV, fue en el Siglo XIX cuando estuvo en pleno auge al ser usado con asiduidad para las bodas.
Ante esta nueva apuesta de JCF, la indumentarista Amparo Fabra ha mostrado en exclusiva para Official Press un claro ejemplo de la puesta en práctica del uso del jubón negro en las diversas épocas.
Geles Company Ventura, de la Cofradía de San Jerónimo, luce un traje de Basquiña; con guardapiés y jubón a juego, confeccionado en tafeta con flocado de terciopelo. Pañuelo de tul con adornos de cadeneta y azabaches. El traje va acompañado de aderezo y rosario en plata, perla y piedra ámbar y mantilla.
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Esperanza Latorre Nueda, de la Cofradía de San Jerónimo, posa con traje de Basquiña confeccionado en damasco de seda, con pañuelo de tul con bordados en cadeneta y azabaches. En cuanto a los complementos, aderezo y rosario en plata envejecida y nacar, medalla de la virgen y dengue de encaje antiguo de finales del S.XIX.
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Salud Alcalá Ortiz, de la Cofradía de San Jerónimo, luce jubón confeccionado en tafeta de seda y el guardapiés en terciopelo brocado. Combinado con mantón de seda adamascado, guardapelo y aderezo y agulla de pit latonado con coralinas. Mantellina de media luna de muselina con bordados en cadeneta y encajes y terno de seda con bordados en cadeneta, azabaches y encaje de Valencie.
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Amparo Morales Fabra, de la Cofradía de San Jerónimo, y a su vez hija de la reconocida indumentarista porta un traje de Basquiña confeccionado en tafeta de seda con greca de terciopelo y pasamanería manual, arropado con mantón de seda original de la época, aderezo antiguo de oro y perlas y rosario de filigrana en nacar y plata, guardapelo y abanico. Dengue antiguo de finales del S. XIX.
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Por su parte, Nagore Andero Cervera, Fallera Mayor de Benicarló 2018, luce un jubón negro envarado en terciopelo, con lazada en seda en pala y puños. Falda de seda color petróleo, manteletas en seda y encaje y aderezo en oro viejo y coral.
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Patricia Mustieles Cerdá, Fallera Mayor 2018 de la Falla La Barraca (Benicarló), ha elegido un jubón negro en terciopelo grabado con alamares confeccionados manualmente. Falda de seda listada blanca y colores en sus tramas. Manteletas de nipi, bordadas en seda y lentejuelas doradas. Todo ello combinado con aderezo de baño latonado y corales.
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La fallera Estela Mejías Peñalvert de la comisión Obispo Amigó- Cuenca, se presenta ataviada con un Vió de cretona con volante realizado del mismo tejido, jubón envarado interiormente negro de otomán de seda. Combina su indumentaria con pañuelo y delantal antiguo de seda con cadeneta en metal y medias de color, botín negro rematado con pompón.
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El joven Juan Pablo Pérez Morales, de la Falla Maestro Gozalbo- Conde Altea y nieto de Amparo Fabra, luce chupa realizada en lana jaspeada con motivos en la solapa en fieltro negro y botonadura de pasamanería realizada manualmente. Negrilla de pañete negra y calzón de hilo. Todo ello com combinado con chaleco de seda natural floreado color verde olive, acompañado de complementos como faja adamascada dorada, calcetines de colores, lligacames bordados y pañuelo estampado, caramba y collar.
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A través de esta amplia galería fotográfica se pone de manifiesto que “el jubón negro es una pieza elegante, cómoda y favorecedora”, que viene a poder complementar “la riqueza de imagen de nuestro traje regional. Especialmente por su variedad, riqueza e historia de la seda”, concluye Amparo Fabra .