Si los falleros han estado pendientes de las previsiones de lluvia y viento durante las últimas semanas, los artistas falleros, además, no pueden apartar la vista de sus relojes descontando las horas que les quedan para rematar el trabajo de todo un año. La madrugada del 14 y 15 de marzo, la ciudad de València será un auténtico museo de arte abierto a todos los públicos.
Prácticamente en cada cruce y plaza de la capital del Túria habrá plantada una falla y una fallita infantil, con la ilusión que ello conlleva a todos los componentes de las comisiones falleras y a aquellos que, sin estar censados, viven las fiestas falleras como parte de su historia y cultura.
Los artistas apuran cada segundo y trabajan a destajo para poder salvar cualquier contratiempo de última hora y que todo esté a punto cuando el jurado pase a evaluar su esfuerzo la mañana del 15, en el caso de las fallas infantiles, y la del 16, en el caso de los monumentos grandes.