Ha considerado innecesarios «chiringuitos ecolocomunistas» como la Agencia valenciana de cambio climático, pues los cambios climáticos «han existido siempre» y «no está demostrado» que los gases de efecto invernadero causen el calentamiento global: «Si no conocemos el origen real del cambio climático, no podemos decidir echarle la culpa al hombre».Tras declararse «no creyente de la religión climática de Greta (Thunberg) y los subvencionados», ha defendido en Les Corts que el planeta «se autorregula solo y de forma formidable», y dentro de él la Comunitat Valenciana ocupa «una mínima fracción», por lo que luchar aquí contra la contaminación humana «sería como apagar un incendio con un pis».
Muy crítico con los animalistas -ha llegado a hablar de «activistas ‘ecoloterroristas’ animalistas»-, Aguirre ha sostenido que la ley valenciana de bienestar animal es inconstitucional y habrá que derogarla.»El animalismo solo es un pilar más del pensamiento progre que busca enfrentar a los ciudadanos, desvirtuar la propia naturaleza de las personas y restar valor a la vida», señaló en la tribuna, donde criticó a los partidos que defienden a las crías de animales cuando están en el interior de la madres, pero «defienden el aborto en el caso de las personas».
Agua: Una España verde como Vox
En materia de agua, ha reclamado un nuevo plan hidrológico nacional, con trasvases como el del Ebro o el del Júcar-Vinalopó para garantizar la supervivencia de las zonas agrícolas, frente a la «criminalización» de los regadíos.
Según Aguirre, el regadío incrementa la población, y con los trasvases, de los que son «enemigas» las «posturas autonomistas», se puede frenar la desertización y conseguir una «España verde, verde como Vox».
También ha opinado que no hay «ningún problema» en la ampliación del puerto de València, pues «hay soluciones» para proteger a la Albufera del «posible daño» que le pueda causar, y ha defendido que se fomente la incineración de residuos.
Defender a los agricultores
A juicio de Aguirre, los agricultores son «los verdaderos conservadores de la naturaleza» y para defenderlos hay que reclamar que la Comisión Europea elimine sus objetivos de reducción del 50 % de fitosanitarios y del 20 %de fertilizantes y de convertir en ecológico el 25 % de la producción, pues esto «es propio de dictaduras».
Y en sus intervenciones parlamentarias no ha dudado en responder a las críticas a Vox en Castilla y León que la izquierda «pacta con abortistas y con asesinos», o en manifestar que la violencia «no entiende de género».