València, 23 jun (EFE/OP).- La Junta Central Fallera, de forma consensuada con el mundo fallero, ha abandonado la mesa de seguimiento de las Fallas de la que formaba parte junto con la Conselleria de Sanidad, entre otras razones por la «falta de avances en la desescalada prometida por parte de la Administración en lo relativo a los casales falleros».
Además, este organismo ha expresado su malestar por los «incumplimientos de los compromisos que se adquirieron por parte de Sanidad en las diversas reuniones mantenidas a lo largo de este tiempo con los colectivos falleros».
En un comunicado, lamentan que los espacios de reunión de las distintas fallas «continúan con limitación horaria de apertura y con la prohibición incluso de beber agua en su interior».
«Los casales falleros continúan sometidos a unas medidas que están fuera de lugar si se comparan con otros colectivos. No se les ha equiparado a entidades culturales ni se rigen por normativa hostelera ni están dentro de las reuniones familiares. Tampoco se ha dado ninguna explicación razonable por parte de Sanidad».
«La Conselleria se comprometió el lunes 14 de junio a levantar el veto a los casales el 1 de julio. Se insistió en la reunión y en conversaciones posteriores en la necesidad de no esperar tanto tiempo, máxime teniendo en cuenta que hay que preparar unas Fallas en septiembre, sin que nuestra petición se haya atendido».
Las mismas fuentes han insistido en que «el colectivo fallero, formado por más de 250.000 personas, ha demostrado durante este año de pandemia su responsabilidad ante las circunstancias y también su colaboración con las autoridades sanitarias, así como disposición y empatía. Por todo esto, es hora de exigir respeto y un trato igualitario con el resto de actividades económicas».
En este sentido, insisten en que «de no reconsiderarse la citada reivindicación de manera inmediata, lamentablemente nos veremos abocados a proponer medidas de protesta al mundo fallero o cualquier otro tipo de acciones que nos ayuden a conseguir algo que consideramos justo y que es necesario para el completo desarrollo de nuestra actividad».
«Lamentamos enormemente haber tenido que llegar a esta situación, pero entendemos que los falleros hemos demostrado sobradamente nuestro talante colaborativo y conciliador y son ahora nuestros gobernantes los que deben estar a la altura», concluye la Junta Central Fallera.