Kraken, la nueva variante del covid, de la familia ómicron, presenta una infección más rápida y una capacidad de propagación hasta un 50 % más alta que las variantes anteriores.
Kraken
XBB.1.5 -conocida como ‘Kraken’-, también es una mutación de ómicron y se ha convertido en predominante en Estados Unidos, donde ha crecido exponencialmente durante el pasado mes de diciembre, y ya representa entre el 40% y el 50% de los contagios. Se ha detectado en al menos una treintena de países, propagándose de manera preocupante en alguno de ellos, como es el caso de Reino Unido.
La variante ‘Kraken’ sería incluso más transmisible que la B.F.7 detectada en China, hasta el punto de que la epidemióloga principal de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Van Kerkhove, ha calificado a XBB.1.5 como la «subvariante más contagiosa que se ha detectado hasta ahora».
¿Qué síntomas provoca Kraken?
Los síntomas que provoca la infección de COVID son muy similares en ambas variantes, y se suelen relacionar con las vías respiratorias altas. Se manifiestan habitualmente en forma de congestión nasal, mucosidad, dolor muscular, dolor de cabeza, sensación de cansancio y, en ocasiones, fiebre.
La principal novedad es que comienzan más pronto, ya que su período de incubación es más corto, aunque no parece que impliquen una mayor gravedad, salvo para población más vulnerable, como ancianos o inmunodeprimidos. La OMS asegura que aún no tiene datos concluyentes en este sentido, aunque ha adelantado que de momento no ha encontrado indicios que hagan pensar en una mayor virulencia. En todo caso, ha recalcado que el hecho de que aumente la transmisibilidad «es siempre motivo de preocupación».
Sobre XBB.1.5, Andrew Pollard, director del Grupo de Vacunas de la Universidad de Oxford, asegura que «no hay razón para pensar que es de más preocupación que otras variantes que van y vienen en el paisaje cambiante de mutaciones de la COVID-19».
¿Siguen siendo efectivas las vacunas disponibles?
Los expertos recalcan que las vacunas actuales continúan protegiendo contra los síntomas severos, hospitalización y muerte. Por ello, parece poco probable que las nuevas subvariantes causen problemas importantes en países que tienen altos niveles de vacunación e infecciones previas, como es el caso de España.