España se ha sumado este fin de semana a un buen número de países europeos que han adoptado el toque de queda como medida para intentar frenar la segunda ola de la pandemia de coronavirus. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) no descarta medidas aún más restrictivas si las cifras de contagios no bajan. «Existe una posibilidad de confinamientos en Europa en las próximas semanas», ha señalado el director de emergencias de la OMS, Michael Ryan, que ha reconocido que «no es algo que uno desee, pero es cierto que algunos países han sufrido un aumento extraordinario en el número de casos de contagio y que necesitan frenarlo».
Ryan ha pedido a los gobiernos y las sociedades europeas no bajar la guardia, y ha recordado que estamos ante un virus que se contagia con «mucha facilidad» entre individuos y en espacios cerrados.
En el mismo sentido ha apuntado la responsable de enfermedades emergentes y zoonosis, la doctora Maria Van Kerkhove, que ha aplaudido las nuevas restricciones pero ha incidido que aplanar la curva depende, sobre todo, de los comportamientos individuales.
Según Kerkhove, «las medidas establecidas en algunos países de Europa, que reducen la oportunidad de que las personas se reúnan en espacios cerrados, puede ayudar a reducir la transmisión del virus, pero todo depende de nosotros». En opinión de la OMS, es importante asegurarse que «la forma en la que se socialice tenga pocos riesgos».