La Organización Mundial de la Salud ha pedido una moratoria hasta finales de septiembre en la administración de una tercera dosis de las vacunas contra la COVID para impedir que se amplíe aún más la brecha entre países ricos y pobres.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha explicado que «no podemos aceptar que los países que ya han utilizado la mayoría de los suministros de vacunas, utilicen todavía más, mientras que las poblaciones más vulnerables del mundo siguen sin protección».
Según los datos de la Organización, el 80% de las vacunas suministradas hasta ahora han ido a parar a los países ricos, que representan menos de la mitad de la población mundial. Europa ya ha vacunado a más de la mitad de su población y Estados Unidos está cerca del 70 %. En cambio en África sólo el 5% de los ciudadanos han recibido una dosis.
Ghebreyesus ha apuntado que los países ricos han inoculado prácticamente 100 dosis por cada 100 habitantes, mientras que la media en los países pobres apenas llega a 1,5 dosis por cada 100 personas.
En opinión de la doctora Elin Hoffmann Dahl, asesora médica de enfermedades infecciosas, es una manera «miope» de afrontar la pandemia y así será imposible detenerla, ya que «con la aparición de nuevas variantes, si seguimos dejando sin vacunar a la mayoría del mundo, seguro que necesitaremos vacunas ajustadas en el futuro».
El director general de la OMS ha especificado que la moratoria sería hasta finales del mes de septiembre, para así poder lograr que, al menos, el 10 % de la población de cada país esté completamente vacunada. Para ello, ha añadido Ghebreyesus, hace falta «la cooperación de todos, especialmente de las compañías y del puñado de países que controlan el suministro mundial de vacunas».