Un fotógrafo capta por primera vez a Satureja, un lince ibérico blanco que vive en libertad en Jaén. Los científicos investigan las causas de su color único, mientras la población de linces ibéricos sigue creciendo en España.
La naturaleza ha vuelto a sorprender. Por primera vez, un fotógrafo ha logrado grabar a un lince ibérico blanco en libertad, un ejemplar único en el mundo que habita en una zona montañosa de la provincia de Jaén. Su nombre es Satureja, una hembra nacida en 2021 dentro del programa de conservación del lince ibérico en Andalucía, que ha despertado el asombro de científicos y amantes de la fauna por su extraño color de pelaje.
El hallazgo que dejó sin palabras a un fotógrafo
El autor de las imágenes es Ángel Hidalgo, un fotógrafo aficionado que llevaba meses rastreando el terreno con cámaras de fototrampeo en busca de este misterioso animal. “Llevaba semanas sin éxito, y de pronto, después de una noche de lluvia, apareció ante mí una figura blanca que parecía brillar con luz propia”, relató. El momento fue fugaz —apenas dos segundos—, pero suficiente para captar un vídeo histórico. En las imágenes se aprecia un lince con el pelaje blanco nieve y las manchas negras características de la especie, un contraste que lo hace aún más fascinante.
Un fenómeno genético o ambiental sin precedentes
Según explica Javier Salcedo, coordinador del programa de recuperación del lince ibérico en Andalucía, Satureja nació con la coloración habitual de los linces —marrones y anaranjados con motas oscuras—, pero con el tiempo su pelaje se volvió completamente blanco. Los expertos descartan que se trate de albinismo o leucismo, los dos fenómenos más conocidos que provocan despigmentación en animales. En este caso, el cambio se ha producido solo en la melanina responsable de los tonos pardos y rojizos, manteniendo intactas las manchas negras.
Los investigadores sospechan que este cambio podría deberse a una alteración ambiental o a una hipersensibilidad genética aún no identificada. “Estamos estudiando las posibles causas. Puede tratarse de una reacción a factores ambientales o incluso de un caso hereditario”, señala Salcedo.
Satureja, un símbolo de adaptación y esperanza
Pese a su peculiar color, Satureja se comporta como cualquier otro ejemplar de su especie. Caza, se alimenta y ha logrado sacar adelante varias camadas, lo que demuestra que su cambio de pigmentación no ha afectado a su salud ni a su capacidad reproductiva. Este caso, documentado por la Junta de Andalucía, no es el único registrado. Otra hembra presentó un cambio similar —del color pardo al blanco y de nuevo al original—, lo que refuerza la hipótesis de un posible vínculo genético entre ambas.
El lince ibérico, una especie en recuperación
El hallazgo de Satureja llega en un momento esperanzador para el lince ibérico (Lynx pardinus), una especie que ha pasado de estar al borde de la extinción a consolidar su recuperación en la península. Según el último censo de 2024, la población total asciende a 2.401 ejemplares, con 470 hembras reproductoras, una cifra que se acerca al objetivo de 750 necesario para garantizar su conservación a largo plazo.
El crecimiento sostenido de la especie —un 19% más que en 2023— se debe a los programas de cría, reintroducción y control genético desarrollados por las administraciones autonómicas y el apoyo de organizaciones ambientales.
Un misterio que ilumina la biodiversidad ibérica
El descubrimiento de este “lince blanco de Jaén” no solo aporta un caso insólito para la ciencia, sino que simboliza la capacidad de la naturaleza para adaptarse y sorprender incluso en los ecosistemas más estudiados. Mientras los expertos intentan descifrar las causas de su singular pelaje, Satureja se ha convertido en un emblema de la biodiversidad andaluza y en un recordatorio de la importancia de seguir protegiendo al felino más amenazado de Europa.