Valencia

El drama de los negocios de Ciutat Vella

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Los negocios de Ciutat Vella viven un auténtico drama desde que se produjo el cierre al tráfico.

La portavoz del PP, María José Catalá, ha alertado que el Gobierno de Ribó y PSOE está consiguiendo que Ciutat Vella pierda la esencia de barrio, sin comercios ni negocios que siguen cerrando cada vez más, dejando sin vida de barrio esta zona. Todos estos datos se dieron a conocer ayer en un informe presentado por una comisión especial, formada por vecinos y comerciantes de Ciutat Vella, para dar a conocer la situación a los representantes de la Junta de Distrito.

 

La líder del PP de Valencia ha visitado el Mercado Central, que también padece las consecuencias de cierre al tráfico de Ciutat Vella y la falta de transporte público, que antes sí llegaba a las puertas del mercado.  También ha visitado diferentes comercios de Ciutat Vella a quienes ha trasladado su compromiso para cuando gobierne en buscar medidas para revertir la situación.

Los negocios de Ciutat Vella, al traste

El estudio presentado pone en evidencia que cada mes se cierran comercios y negocios en Ciutat Vella, y que sólo se establecen en la zona nuevos locales de hostelería: bares, cafeterías y restaurantes. También se han perdido entidades que tenían su sede en Ciutat Vella, desde 2015 se han marchado del barrio más de 18, pues había 97 entidades y ahora hay 79 entidades.

Catalá ha asegurado que esta situación “no debe alargarse más tiempo y ha pedido medidas urgentes para frenar estos cierres, al tiempo que ha anunciado que cuando sea alcaldesa de Valencia dentro de seis meses pondrá en marcha medidas con comerciantes y vecinos para revertir esta situación. Están convirtiendo el centro de Valencia en una ciudad fantasma y está perdiendo su esencia de barrio al mermarse su tejido comercial y de negocio. Es cada vez más un barrio para turistas pero sin vida”. 

El cierre de comercios, negocios y entidades en Ciutat Vella se ha acelerado desde que el Gobierno de Ribó y PSOE decidieron cerrar la entrada de vecinos a esta parte de la ciudad con la implantación de cámaras que multan a los vehículos que entran en esta zona. La medida sólo ha servido para que Ribó haga caja, puesto que han puesto en menos de un año más de 117.000 multas, una media de 300 al día, y han recaudado ya más de 1,5 millones de euros.

 

 

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