Twitter está estudiando la posibilidad de añadir el botón «no me gusta» a sus opciones, aunque no es una de sus principales prioridades. Así lo ha reconocido su director de producto, Kayvon Beykpour, que ha señalado que la plataforma continua trabajando para eliminar los comportamientos poco responsables, el ciberacoso y las campañas de desinformación, aunque la opción «no me gusta» aún se está «explorando».
La popular red social lleva tiempo luchando contra las «fakes», las informaciones engañosas interesadas. Sólo en las recientes elecciones a la presidencia de los Estados Unidos, en las dos semanas previas a la votaciones, la plataforma etiquetó 300.000 tuits con información «potencialmente engañosa».
En ese sentido, el botón «no me gusta» sería una especie de voto negativo ante estos comportamientos en la red social. Se trata, según Beykpour, de encontrar un incentivo «que recompense el comportamiento positivo y desincentive el comportamiento tóxico».
El responsable de Twitter hizo este anuncio en la presentación de «Fleets», una nueva función de la red social que permite a los usuarios publicar tuits que sólo duran 24 horas. Con ello se busca una mayor participación en las conversaciones de la plataforma.