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RESEÑA| ‘Toc Toc: Carcajadas compulsivas’, por Hugo Román

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HUGO ROMÁN

En la sala de espera de la consulta de un prestigioso psiquiatra, seis personas, cada una con un toc (trastorno obsesivo compulsivo) diferente esperan ser atendidos. Pero el psiquiatra se retrasa y es aquí donde comienza el desenfreno: ellos mismo deciden hacer una terapia de grupo para tratar de resolver sus trastornos.

Este es el inicio de esta comedia llena de enredos, disparatados diálogos cruzados y todo tipo de situaciones desternillantes que hace que el público no pare de reír ni un solo instante.

Y es que las locuras de los personajes de Toc Toc, que llegan ahora al Teatro Olympia (hasta el 28 de octubre) tras triunfar durante 9 temporadas en Madrid, han convertido a esta obra en la más longeva de la cartelera española. No es de extrañar. Porque este es sin duda un guión redondo, perfecto. De esos a los que no les sacas ni una pega. Así es esta divertidísima comedia de Laurent Baffie, dirigida por Esteve Ferrer.

Los actores bordan su interpretación hasta lograr transmitir esa locura que te hace soltar carcajadas compulsivas. Carmen Arévalo, Esteve Ferrer, Laura Hernando, Sara Moros, Paco Obregón, Fran Sariego y Ana Trinidad dan vida a estos divertidos y peculiares personajes.

Fred no puede evitar lanzar groserías en todo momento; Camilo, taxista, es un obseso de las cifras y cuantifica todo lo que sucede a su alrededor; Pep, informático, vive pendiente cada segundo por no pisar ninguna raya y por ordenar todo de forma simétrica; Blanca, técnico sanitario, vive obsesionada por la pulcritud y se pasa el día lavándose las manos para evitar cualquier tipo de contagio bacteriano; María no para de santiguarse y está insegura de los actos más cotidianos como haber cerrado los grifos, la casa, o la llave del gas. Y, por último, Lili repite compulsivamente dos veces cada frase que dice, por temor a que ella o algún familiar pueda morir, si deja de hacerlo. Un séptimo y último personaje es la enfermera del médico especialista, que se pasa la función disculpando la ausencia del psiquiatra.

Para acudir a esta obra no hace falta pedir cita, tan solo comprar una entrada.

Y tranquilo, puede que después de verla quiera verla una vez más. Y otra. Pero no se preocupe, no es un TOC. Es Toc Toc.

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