En general, los medicamentos sólidos, como los comprimidos o las cápsulas, son los más estables.
Las formas líquidas como los jarabes, especialmente los reconstituidos, los colirios o los inyectables presentan más problemas de estabilidad.
Debe tener especial precaución con los medicamentos inyectables y nunca debe inyectarse una solución turbia, esté o no caducada.
Debe tener especial cuidado y asegurarse de que siempre se utilizan dentro de la fecha de caducidad aquellos medicamentos esenciales para el tratamiento de enfermedades crónicas como la insulina para la diabetes o los inhaladores de rescate, como por ejemplo el Ventolin® (salbutamol), para el asma.
Se debe revisar periódicamente la fecha de los medicamentos que, aunque no se usan a diario, son esenciales en una emergencia médica, como la Solinitrina® (nitroglicerina) para la angina de pecho o como los medicamentos empleados para el choque anafiláctico (reacción alérgica súbita y grave), por ejemplo el EpiPen® (epinefrina).