Tener claras las señales de alarma que te pueden alertar de un cáncer es fundamental. Hay que acudir al médico si usted padece alguno de estos síntomas que la Asociación Española contra el cáncer detalla.
Algunos tumores se pueden detectar en fases muy precoces, como es el caso del cáncer de mama, de cérvix, o el de colon. Para el resto de tumores en la actualidad no existe la posibilidad de realizar una prueba de diagnóstico precoz; aunque muchos de ellos pueden dar lugar a síntomas específicos que todos debemos conocer.
Señales de alarma del cáncer:
- Un bulto o nódulo; una herida o úlcera que no cicatriza.
- No te preocupes…
- La mayoría de los bultos o nódulos suelen ser manifestaciones benignas, pero en todos los casos se debe descartar la existencia de una lesión maligna.
- Consulta a tu médico si…
- Detectas la aparición de un nódulo o un bulto en alguna zona del organismo, una herida en la piel o una llaga en la mucosa de la boca que no cura.
Un nódulo puede ser indicativo de: cáncer de mama, cáncer de testículo, cáncer linfático…
- Dolor persistente en el tiempo.
- No te preocupes…
- El dolor suele ser un síntoma inespecífico que acompaña a multitud de enfermedades. En la mayoría de las ocasiones se trata de un dolor agudo (duele durante un periodo de tiempo más o menos corto) que desaparece bien espontáneamente o bien con tratamiento sintomático (analgésicos).
- Consulta a tu médico si…
- El dolor persiste durante días o no cede al tratamiento habitual para que valore el origen del mismo y descarte la existencia de un tumor.
- Mancha o lunar que cambia de forma, tamaño y/o color.
- Consulta a tu médico si…
- Una mancha o lunar se hace irregular, crece, cambia de color y/o duele o pica, ya que puede indicarnos que dicha lesión se está malignizando (melanoma). El aspecto de un melanoma o una lesión maligna viene definida por estas cinco reglas: A. Asimetría. B. Bordes irregulares. C. Color variado. D. Diámetro mayor de 6 mm. E. Evolución (cambios recientes de aspecto).
- Sangrado o hemorragias anormales.
- Consulta a tu médico si…
- Aparece un sangrado para que estudie el origen del mismo. Si la hemorragia persiste y no se realiza un diagnóstico y tratamiento adecuado puede dar lugar a una anemia más o menos importante según la duración y la cuantía de la pérdida de la sangre.
- Aprende a detectar las hemorragias: Hemorragia vaginal (metrorragia). Se manifiesta por un sangrado entre reglas o tras las relaciones sexuales. En una mujer menopáusica cualquier sangrado debe ser valorado por un ginecólogo. Hemorragia urinaria. Se manifiesta por aparición de sangre en la orina. Lo más frecuente es que se deba a una infección de vejiga y en este caso cederá con tratamiento antibiótico en unos días, pero si persiste, es importante realizar estudios para conocer el origen de la hemorragia. Hemorragia del tubo digestivo (rectorragia). Puede observarse como sangre roja cuando el sangrado es próximo al ano, o mezclado con las heces dando lugar a deposiciones de color negro (melenas) cuando es en colon ascendente o transverso.
- Tos y/o ronquera persistente.
- Consulta a tu médico si…
- Tienes una ronquera (disfonía) durante más de dos semanas y no cede con tratamiento sintomático. Deberás ser estudiada minuciosamente por el otorrinolaringólogo.
- Eres fumador y presentas tos persistente o si previamente la padecías (enfermedad crónica) y esta se hace más intensa.
- Cambios en los hábitos urinarios o intestinales.
- Consulta a tu médico si…
- Aparecen síntomas nuevos que antes no existían como: disminución de la fuerza del chorro al orinar, escozor, ganas de orinar por la noche (nicturia). En la mayoría de las ocasiones puede tratarse de una lesión benigna pero es preciso realizar un diagnóstico cuanto antes.
- Presentas modificación de los hábitos intestinales (pasa del estreñimiento a la diarrea y viceversa), la alternancia de los mismos, aparecen heces más estrechas o sensación de evacuación incompleta (tenesmo).
- Pérdida de peso no justificada.
- Consulta a tu médico si…
- Pierdes peso a pesar de mantener los mismos hábitos alimentarios y sin incrementar la actividad física. Sobre todo si este proceso se acompaña de dolor, tos, hemorragia, etc.