La detección de una nueva variante del coronavirus en Sudáfrica, identificada como B.1.1.529., y nombrada ómicron por la Organización Mundial de la Salud, preocupa a la comunidad científica porque presenta una amalgama de más de 30 mutaciones que, si bien algunas ya se habían observado en otras variantes, como la beta, esta es la primera vez que se ven juntas.
Esto es lo que ha provocado que esté bajo vigilancia y que se le otorgue el potencial de mayor transmisibilidad y una posible capacidad para escapar del coronavirus, explica a Efe el investigador Iñaki Comas, del Instituto de Biomedicina de Valencia, quien no obstante señala que aún es pronto para saber su verdadero impacto.
«Sin alarmismo, pero debemos vigilar y ver cuál es su trayectoria y tomar las medias necesarias, en el caso de que sean necesarias».
Según Comas, «es una variante que ha acumulado un número muy alto, mayor que otras veces, de mutaciones en la proteína de la espícula -la que usa el SARS-CoV-2 para entrar en la célula humana- y lleva una combinación de mutaciones que no habíamos visto antes«.
Pero, ¿cuáles son sus síntomas? La primera doctora que alertó de su presencia a las autoridades sanitarias de Sudáfrica, Angelique Coetzee, arroja luz sobre algunas de estas cuestiones que inquietan al mundo. Esta médico de cabecera, que lleva 33 años pasando consulta y que también preside la Asociación Médica de Sudáfrica, ha descrito los síntomas que experimentaron sus pacientes infectados con esta variante cuando ella los trató.
Estos son los síntomas de la nueva variante sudaficana nombrada ‘ómicron’
En su consulta privada de Pretoria, desde principios del mes de noviembre, la doctora ha tratado a unas dos docenas de pacientes con síntomas leves e inusuales que más tarde han dado positivo en esta variante, según publica el diario ‘The Telegraph’.
La mayoría de sus pacientes, de diferentes orígenes y etnias, eran hombres sanos que estaban muy cansados. La mitad de ellos, destaca al mismo medio, no estaban vacunados. Ninguno, asegura, sufrió pérdida del olfato y el gusto. Además, entre todos los casos, subraya el de una niña de seis años con fiebre y un pulso muy elevado, que se recuperó en dos días.
Por lo que, coincide en que los pacientes que ella trató presentaron síntomas mucho más leves que los de otras variantes e inusuales. Sin embargo, señala, le preocupa el efecto que pueda tener sobre personas más mayores, con comorbidades o sin vacunar.
Coetzee informó por primera vez de estos casos al comité asesor de vacunas de Sudáfrica el 18 de noviembre, cuando cuatro miembros de la misma familia se presentaron en consulta con síntomas de intensa fatiga.