Varios participantes en el festejo de la Tomatina de Buñol. EFE/Biel Aliño/Archivo
El president de la Generalitat, Carlos Mazón, ha sido el centro de atención en la edición número 77 de la Tomatina de Buñol, una de las fiestas más emblemáticas de la Comunitat Valenciana y de España. Mazón, cumpliendo su promesa del año anterior, se subió a uno de los camiones que transportaban los 120.000 kilos de tomates de la variedad pera, lanzados en esta icónica «batalla campal» que cada año tiñe de rojo las calles más céntricas del municipio.
VÍDEO| Mazón se convierte en protagonista de la Tomatina 2024: «Un subidón anímico»
Una experiencia «espectacular» desde dentro de la fiesta
Acompañado por la alcaldesa de Buñol, Virginia Sanz, Mazón vivió por primera vez la Tomatina desde la perspectiva única de un camión, lo que describió como una experiencia «espectacular». Ambos dirigentes disfrutaron de la fiesta desde el corazón de la acción, compartiendo en directo sus impresiones a través de las redes sociales. Mazón no ocultó su entusiasmo, asegurando que esta vivencia le ha dado «un subidón anímico» al ver «la alegría de la gente al recibir tomatazos». Declaró además que la Tomatina es «el festejo más internacional no solo de Valencia y la Comunitat Valenciana, sino de España», destacando cómo este evento permite mostrar al mundo el carácter festivo de la región.
La Tomatina, un icono global de la Comunitat Valenciana
La Tomatina, que comenzó de manera espontánea en 1945 y ha crecido hasta convertirse en un símbolo de la cultura festiva de la Comunitat Valenciana, atrajo este año a más de 20.000 personas de diversas nacionalidades, incluidos visitantes de China, Estados Unidos, India y numerosos países europeos. Con entradas a 15 euros para los participantes y un área VIP con pases de 500 euros que permitían disfrutar de la contienda desde los camiones, la fiesta mantuvo su estatus como una de las citas más singulares y conocidas a nivel global.
Seguridad y diversión en una jornada inolvidable
La seguridad estuvo garantizada con un dispositivo especial que incluyó más de 150 agentes de la Guardia Civil, además de la participación del Consorcio de Bomberos de Valencia y la presencia de puntos violetas contra la violencia machista. Durante una hora, los tomates volaron por las calles de Buñol en una «guerra» donde todos eran blanco, creando una estampa inolvidable con las calles convertidas en ríos de lava roja.
Al final de la jornada, Mazón, visiblemente emocionado, afirmó que «ya no le saca nadie de la Tomatina», consolidando su presencia en este evento como un hito personal y como representante de la identidad festiva de la Comunitat Valenciana. La Tomatina 2024 concluyó con un ambiente de camaradería y expectación para la edición del próximo año, mientras las calles volvían a su estado original gracias a las rápidas labores de limpieza.
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