València, 1 abr (EFE).- El sindicato de funcionarios de prisiones Acaip-UGT ha contabilizado 1.130 incidentes graves o muy graves en el centro penitenciario de Picassent durante 2020, entre ellos 16 agresiones o intentos de agresión a trabajadores.
Son datos extraídos del informe sobre las incidencias del año pasado realizado por el propio sindicato y publicado este jueves.
Según el citado informe, la prisión acoge actualmente a 42 internos con antecedentes de agresiones a trabajadores.
Entre los incidentes más graves se da cuenta de dos suicidios consumados, 186 amenazas graves a los funcionarios, 19 actos de resistencia activa y violenta, un plante colectivo, una evasión en un traslado en ambulancia, 154 agresiones entre internos y 65 actos de vandalismo contra el mobiliario.
También se han encontrado 193 objetos prohibidos (pinchos, móviles o drogas), se han registrado 66 casos de autolesiones, diez casos de huelga de hambre y dos de sed, once intoxicaciones graves por consumo de drogas, diez robos, y ocho quebrantamientos de condena al no regresar de permisos
El centro penitenciario de Valencia, a juicio de Acaip, es uno de los más conflictivos del sistema penitenciario español debido, entre otras cosas, a que acoge a 27 internos en primer grado, los considerados más peligrosos.
«Ello supone que tengan que estar repartidos entre varios departamentos. El módulo que alberga a la mayoría tiene gran cantidad de deficiencias estructurales en materia de seguridad, y supone un riesgo añadido para los trabajadores que prestan servicio en el mismo, tal y como este Sindicato ha denunciado en numerosas ocasiones».
Al mismo tiempo, el sindicato denuncia «un déficit endémico en materia de personal», ya que «la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias lo considera un centro normal a la hora de dotación de personal, algo que no es cierto debido a su tamaño y a su estructura arquitectónica».
«Ha quedado demostrado en numerosas ocasiones que cuando el número de funcionarios prestando servicio se reduce, se incrementa la conflictividad»
Por otra parte, el sindicato lamenta que la Administración penitenciaria «solo considera que hay agresión a un trabajador si hay un daño. En el caso de que un interno le ponga un cuchillo en el cuello a un trabajador, solo sería reflejado como agresión si le clava el cuchillo. Algo que es totalmente inconcebible».
«Asimismo, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias se sigue negando a que los funcionarios penitenciarios tengan la condición de agente de la autoridad en el desempeño de sus funciones, como ya lo son un médico o un maestro, y que les ofrecería una mayor protección jurídica y de prevención general», reclama Acaip-UGT.