El Juzgado de Instrucción número 1 de Oviedo ha abierto una investigación por un presunto caso de maltrato infantil de un padre a su hijo de ocho años.
Según explicó la mujer, ella y el padre del niño están separados, y cuando su hijo volvió de pasar unos días con su progenitor y su pareja sentimental, volvió con magulladuras, arañazos en la cara, un hematoma en el cuello y el labio roto. Además, el pequeño aseguró que su padre le había obligado a comerse sus propias heces.
Todo se inició cuando el pequeño se encontraba pasando unos días con el padre. Unos vecinos alertan a la Policía al escuchar fuertes ruidos en la casa.
Los agentes se personan en la vivienda y ven que el niño está llorando pero tranquilo y sin signos violentos, por lo que al final deciden marcharse.
A los pocos días el padre llama a la madre y le dice que el niño se está portando mal e incluso se ha hecho caca encima. El progenitor le pide a la madre llevarle al niño y finalmente lo deja al cuidado de su tío.
Es precisamente el tío del niño el que detecta que este presenta lesiones de posibles malos tratos como arañazos, magulladuras y moratones.
Traslada al niño a un centro hospitalario para que sea examinado.
En el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para una exploración, y allí determinaron que había «sospecha de agresión«. y se abre el atestado policial de oficio.
“Te cagaste, olvídate de que tienes padre”
La madre recupera al niño y se lleva a cabo la exploración al menor en la que los agentes interrogan al pequeño. En ese momento este relata que ha sido sometido a maltrato durante 8 años y que en ocasiones incluso le han obligado a comer sus propias heces y que le han grabado en vídeo amenazándole con enseñar las imágenes a sus amigos del colegio. El hombre le había hecho a su hijo tragar sus propias heces al grito de “te cagaste, olvídate de que tienes padre”, según relatan varios medios.
La madre pide prisión provisional para el padre y su pareja por un delito de maltrato continuado, y para la tía y la abuela paterna por cooperar en lo sucedido
