València, 12 ene (OFFICIAL PRESS/EFE/ Carlos Rosique).- El Valencia, que perdió la oportunidad de acceder a la final de la Supercopa de España por perder en la tanda de penaltis, no consigue encontrar la fiabilidad desde los 11 metros, una distancia que en apenas seis meses le ha disuadido de levantar la Copa del Rey -al caer en la tanda ante el Betis-, le ha apeado de una final y también de una mayor regularidad en Liga.
Y es que el problema parece estar en las dos áreas, puesto que el georgiano Mamardashvili, un seguro bajo palos que exhibió su calidad ante el Madrid pese a su juventud, no ha conseguido parar ninguno de los 15 penaltis que le han lanzado en sus dos años en Mestalla, mientras que en la otra portería, el club busca un referente tras la marcha de Soler, el último gran lanzador desde el punto de penalti.
En busca del especialista
Desde su marcha, el Valencia solo ha marcado cinco de los nueve lanzamientos que ha ejecutado, en una tarea por la que en Liga ya han pasado el capitán José Luis Gayà, el mediocentro Hugo Guillamón y el uruguayo Edinson Cavani, que, pese a su fallo en el primer disparo ante Osasuna, parece haber asumido el rol de lanzador en el equipo.
El club de Mestalla, que ya sabe lo que es quedarse a una tanda de penaltis de ser campeón de la Liga de Campeones, como le ocurrió en 2001 ante el Bayern de Múnich, había encontrado el camino de la regularidad de la mano del valenciano Carlos Soler, que anotó 17 de los 19 penaltis lanzados durante su estancia en Mestalla, y que había hecho olvidar a Dani Parejo, también especialista desde esa distancia.
Sin parar penaltis
Por su parte, en la portería, Jaume Doménech, que solo había recibido gol en nueve de los 16 lanzamientos que le habían ejecutado, también había hecho olvidar al brasileño Diego Alves, apodado como el ‘parapenaltis’ y que durante su época en el club atajó 12 lanzamientos desde el punto de penalti de los 34 lanzados.
Sin embargo, ya hace más de un año que el portero del Valencia no ataja un penalti y, de hecho, la última ocasión ocurrió el 20 de diciembre de 2021, con Jasper Cillessen en la portería y ante el Levante en el Ciutat de València.
Y es que, por el momento, los lanzamientos de penalti son, quizá, el único punto débil del georgiano Mamardashvili, titular indiscutible del club de Mestalla: de los quince que le han tirado, nueve han sido los de las dos tandas de penalti ante Madrid en Supercopa y Betis en Copa, y todos ellos acabaron en gol.
Por su parte, hay otros seis, el último de ellos el ejecutado por Benzema en el tiempo reglamentario de la semifinal de la Supercopa, que también han ido dentro, a excepción del lanzado por el Chimy Avila, de Osasuna, que lo lanzó por encima del larguero.
Por tanto, el aficionado valencianista puede tener entres sus deseos para este 2023 el de reencontrarse con la «suerte» de los penaltis, esos lanzamientos que le impidieron llevarse una Liga de Campeones, que no obstante le permitieron ganar la Recopa de Europa en 1980, pero que últimamente no está controlando y cuya regularidad es obligatoria, máxime tras la llegada del VAR.