La noche de Halloween en la Comunitat Valenciana estuvo marcada por las limitaciones aprobadas por la Generalitat para frenar el avance del coronavirus: no hubo incidentes graves pero los distintas cuerpos de policía sí que tuvieron que disolver varias fiestas privadas que superaban el límite de seis personas y denunciaron a otras decenas por saltarse el toque de queda.
La Policía de la Generalitat tuvo que cerrar dos fiestas ilegales y colaboró en la disolución de otras cinco fiestas con la Policía Nacional. Levantó 31 actas por no respetar las medidas anticovid, controló 90 establecimientos (de los que propuso sancionar a dos) e identificó a 52 personas.
En la ciudad de València, la Policía Local montó un dispositivo que empleó a 210 agentes. Se disolvieron un total de 17 reuniones privadas que superaban las seis personas. Se redactaron 89 denuncias por infringir el confinamiento nocturno que empezaba a medianoche y se levantaron 70 actas por mal uso de la mascarilla. También se detuvo a una persona por un delito de lesiones y a otra por agresión. Además, en los diversos controles de alcohol y drogas repartidos por toda la ciudad se detuvo a tres personas tras las pruebas de alcoholemia.