Muchas personas que padecen de miopía, hipermetropía o astigmatismo no ven cumplidas sus necesidades de operarse a través de la cirugía ocular porque los oftalmólogos les indican que no reúnen los requisitos o condiciones necesarias para ello, porque puede ser perjudicial para su salud ocular. Un estudio realizado por la Clínica Ocular Marcos de Málaga, revela los siguientes datos al respecto
Y es que para que un paciente sea aceptado para operarse los ojos mediante cirugía refractiva, ha de cumplir una serie de requisitos mínimos:
1. Edad superior a 18 años.
2. No padecer enfermedad sistémica excluyente.
3. No padecer enfermedad ocular excluyente.
4. Grosor corneal suficiente.
5. Superar la exploración ocular en la clínica oftalmológica correspondiente en la que la graduación máxima/inferior a:
– Miopía 10Dp
– Hipermetropía 5Dp
– Astigmatismo 5Dp
Según la Clínica Ocular Marcos, «los datos revelan que aproximadamente entre un 20% y un 30% de los pacientes con pretensiones de operarse no cumplen con todos los requisitos. Sin embargo, hoy en día, gracias a los avances tecnológicos en el sector oftalmológico, existen otras muchas alternativas para que aquellos pacientes que no cumplan con dichos requisitos no queden descontentos y puedan encontrar una solución a su problema».
¿En qué consiste la cirugía láser ocular?
«La cirugía láser ocular es el conjunto de técnicas quirúrgicas que tienen como objetivo minimizar o eliminar defectos refractivos oculares de personas que sufren miopía, hipermetropía, vista cansada, cataratas o presbicia. En un ojo normal, la imagen llega al ojo y sufre un proceso conocido como refracción y se proyecta sobre la retina, permitiendo que la imagen se transmita al cerebro y se perciba nítidamente. Cuando el ojo tiene un defecto refractivo, la imagen se proyecta de manera errónea, lo que implica una percepción alterada de la imagen, y por lo tanto experimentamos una visión borrosa», explica el Dr. Marcos.
Estas son las ventajas de la cirugía refractiva:
– Gran precisión y mayor seguridad.
– Técnica mínimamente invasiva.
– No requiere de anestesia general.
– Rapidez en la intervención (una única sesión).
– Recuperación inmediata
