València, 29 ago (EFE).- El mes de
septiembre, en este caso finales de agosto,
es la época «reina» de la «convección mediterránea», donde
no hay término medio: no llueve nada o, si se dispara la convección, las precipitaciones son torrenciales y muy focalizadas.
Así se ha referido Aemet Comunitat Valenciana a las lluvias torrenciales registradas hoy en Benicàssim (Castellón), donde se han recogido 155 litros por metro cuadrado en apenas dos horas, lo que equivale al 30 % de lo que llueve en un año en ese municipio costero.
Según Aemet, una de las características de las tormentas con apoyo de aire marítimo de final de verano es la «elevada incertidumbre», donde «no hay término medio» y, en muchas ocasiones, «aunque la atmósfera esté inestable, si no se presenta el mecanismo de disparo adecuado, la lluvia es cero».
Esto es así cuando hay inestabilidad termodinámica, con un flujo débil de viento, «sin mecanismos para organizar y generalizar la convección».
Los expertos señalan que hoy había «entornos favorables» para la convección en un área marítima extensa próxima a las provincias de Castellón, Valencia y norte de Alicante, penetrando en tierra unos pocos kilómetros, pero las tormentas en tierra sólo han afectado de forma significativa a Benicàssim.
«Que haya entornos convectivos favorables para que se desarrolle la convección, no implica necesariamente que se vayan a desarrollar las tormentas en toda el área. Se necesita un mecanismo de disparo, y ese mecanismo no siempre está presente, o lo hace en un área pequeña», agregan.