VALÈNCIA, 10 Ene. (EUROPA PRESS) – El futuro centro de acogida de animales de València constará de una «separación clarísima» entre perros y gatos, ya que estos últimos ocuparán un segundo piso con mirador a la huerta, en un edificio construido con materiales absorbentes que, por su emplazamiento, actuará a su vez de «barrera acústica».
Los más de 115 canes y 104 felinos que residirán en las instalaciones dispondrán además de elementos de juego, estímulos sensoriales y «espacio para estirar las patas», a fin de «dignificar» su estancia.
Así lo ha indicado este jueves en una rueda de prensa la concejala de Bienestar Animal, Glòria Tello, que ha presentado el «puntero» proyecto del nuevo centro de animales de València junto a arquitectos del grupo Mallar. Las instalaciones se ubicarán en la ronda norte de la ciudad, un «entorno privilegiado», tendrán cerca de 2.000 metros cuadrados y contarán con un presupuesto de 1,4 millones de euros.
Este recurso pretende «descongestionar» el centro de animales de Benimàmet, mientras el Ayuntamiento proyecta junto a Torrent un refugio compartido, para el que ya se ha adquirido una parcela de 13.000 metros cuadrados. Tello ha explicado que el consistorio, tras la salida del Plan de Ajuste que lo «constreñía», apostará por crear un consorcio de ambas administraciones locales para gestionar estas dependencias comunes. El consistorio ha abierto la puerta a la colaboración de otros municipios y ha avanzado que algunos como l’Eliana están interesados.
El centro de acogida, a cargo de los arquitectos de Mallar, constará de tres niveles: una planta baja y dos alturas. A nivel del suelo, los perros se distribuirán en cuatro pabellones longitudinales, uno de ellos para animales en situación de aislamiento o cuarentena.
Por su parte, los gatos estarán «clarísimamente» separados de los perros en la segunda planta del edificio, ya que «a los gatos les gustan las alturas y controlarlo todo». Desde sus aposentos, podrán contemplar el paisaje abierto de la huerta, y satisfacer sus «necesidades visuales». Además, se habilitarán dos zonas separadas para los felinos con enfermedades.
En las instalaciones se mantendrá la política de «sacrificio
cero». Los perros dispondrán de «amplios» espacios de esparcimiento y socialización para «estirar las patas». Tanto los canes como los felinos tendrán elementos de juego y de estímulo sensorial. Los interesados en adoptar una mascota podrán visitar todas las instalaciones, salvo las de cuarentena.
Además, el centro promocionará la adopción y el respeto a los animales. Para ello, se situarán en la planta baja espacios para la divulgación, charlas y reuniones, además de instalaciones sanitarias para curas y atención.
AISLAMIENTO
La edil ha destacado que el proyecto de Mallar «gustó» por la «clarísima» separación entre ambas especies, la «manera de entender la naturaleza de cada especie, con los gatos arriba y los perros abajo», así como por el aislamiento acústico y térmico. Además del empleo de materiales absorbentes, el propio edificio será una «barrera especialmente significativa entre animales y el núcleo urbano».
Sobre este punto y a preguntas de los medios, Tello se ha pronunciado sobre las reticencias al proyecto desde Tavernes Blanques, que se apoyaban en la proximidad del centro al núcleo urbano. Precisamente, el aislamiento es «una de las razones» por las que se ha elegido el proyecto. «Un partido argumentó que estos núcleos zoológicos deben estar aislados», ha explicado, antes de puntualizar que esta obligatoriedad se refiere al «aislamiento de puertas hacia dentro».
Tello ha explicado que el refugio es un proyecto «prioritario» para el Ayuntamiento, por lo que la intención es «darle la máxima velocidad» a los trámites previos a su construcción, unas obras que tendrán una duración de 12 a 15 meses.