El origen del Calendario de Adviento espiritual está estrechamente relacionado con la tradición cristiana y la celebración de la Navidad. El término «Adviento» proviene del latín «adventus», que significa «venida» o «llegada», y se refiere al período de preparación para la celebración del nacimiento de Jesús en el cristianismo.
La práctica del Adviento se remonta al menos al siglo IV, cuando la Iglesia Católica instituyó un período de ayuno y reflexión antes de la festividad de la Natividad de Jesucristo. El Adviento se celebraba como una temporada de cuatro semanas que comenzaba el domingo más cercano al 30 de noviembre, que es el día de San Andrés, y culminaba en la Nochebuena, el 24 de diciembre.
De lo espiritual a lo comercial
El Calendario de Adviento espiritual, como lo conocemos hoy, es una extensión de esta tradición. Se originó en el siglo XIX en Alemania y se utilizaba para contar los días hasta la Navidad. Originalmente, las familias alemanas encendían una vela por cada día del Adviento en una corona de Adviento, que tenía 24 velas, y leían pasajes bíblicos y oraciones relacionadas con la venida de Jesús. Con el tiempo, esta costumbre evolucionó en el calendario de Adviento que conocemos actualmente.
El calendario de Adviento moderno a menudo incluye 24 puertas o ventanas, cada una de las cuales se abre diariamente en diciembre hasta la Navidad. Detrás de cada puerta, hay una pequeña sorpresa, que puede ser una imagen, una figura o una chocolatina, y a menudo también incluye pasajes bíblicos, oraciones y reflexiones relacionadas con la Navidad.
En el contexto espiritual, el Calendario de Adviento se utiliza para ayudar a las personas a enfocarse en la preparación espiritual para la Navidad y recordar el significado del nacimiento de Jesús en un mundo de consumismo y festividades comerciales. Es una tradición significativa para muchas familias y comunidades cristianas que desean mantener viva la esencia religiosa de la temporada navideña.