Numerosas personas se han acercado a las doce del mediodía de este domingo hasta la plaza de la Iglesia del barrio de Campanar para guardar un minuto de silencio en memoria de las diez víctimas mortales registradas en el incendio de un edificio en este barrio de València. EFE/Manuel Bruque
València, 25 feb (OFFICIAL PRESS-EFE).- Vecinos del barrio valenciano de Campanar, donde se erigían los dos edificios calcinados el pasado jueves, han rendido este domingo homenaje a los diez fallecidos en el siniestro guardando un minuto de silencio por ellos, mientras tratan de recuperar la normalidad tras «un mal sueño» del que les costará despertar.
Convocados por tres plataformas -La tabla por la Partida, la Asociación de Jóvenes Campanar Poble y la Asociación de Vecinos de Campanar-, cientos de personas se han congregado en la plaza de la iglesia situada a pocos minutos a pie de los inmuebles siniestrados, que les hacen imposible olvidar lo que sucedió el jueves 22 de febrero.
«Nosotras estábamos con nuestros tres hijos en el parque justo cuando empezó», comenta a EFE Alejandra, acompañada de otras dos amigas a las que el ‘shock’ les hace imposible rememorar esa tarde.
Desde allí presenciaron como el incendio que se originó en un piso pasó a devorar más de la mitad del inmueble en lo que les pareció «cinco minutos». «Los niños salieron corriendo, chillando ‘¡Hay fuego!’. Lloraban y gritaban».
Incluso a uno de los pequeños, de 9 años todos y compañeros del mismo colegio, el miedo le generó un ataque de ansiedad. «No podía respirar. Está tan traumatizado que no quiere dormir en su habitación porque su ventana da a la finca, así que duerme en el salón».
Ahora teme las luces de los coches porque le recuerdan las llamaradas que se comieron la finca.
Los vecinos homenajean a los muertos con un minuto de silencio: «Es un mal sueño»
«Es que lo vieron todo, escucharon a la gente chillar», lamenta. Han tratado de decirles que los bomberos rescataron a todas las personas, «pero claro, luego van al cole y dicen que hay 10 víctimas fallecidas». «Mi hija no quiere pasar por la puerta, así que damos toda la vuelta para llegar», explica.
La zona está formada por urbanizaciones que al final «son como pequeños pueblos». «Todos hacemos vida social, vamos al club social, al gimnasio, a la piscina. Conocemos prácticamente a todos, entonces siempre nos toca de alguna manera de cerca».
Traumas infantiles entre los más pequeños
El viernes, en clase, la profesora trató de hablar con los niños sobre lo sucedido; los psicólogos les aconsejan «normalizar la vida y no dejar de hacer» lo que hacían porque «es la mejor cura, el tiempo y que ellos vean que todo en la vida continúa», aunque a veces sea «un mal sueño» como este, del que van a tardar en despertarse.
Desde la Asociación de Vecinos, Pep Belloch verbaliza a EFE su emoción por el comportamiento de los valencianos, que se han volcado con los afectados con muestras infinitas de solidaridad.
De hecho, pensaban montar este domingo una recolecta de productos de primera necesidad pero ha sido tal la cantidad que han recibido estos días que la han paralizado y sustituido por este homenaje «más íntimo y más cercano.
También han puesto en marcha un ‘crowdfunding’ para recoger dinero para los damnificados.
Ramón Vila pertenece a la misma asociación y también él manifiesta, en nombre de los vecinos, la pesadilla que están viviendo: «Estamos muy afligidos, aunque se ha volcado toda Valencia, los bomberos, la Cruz Roja, los hoteles, y eso da a entender la gran conciencia que tenemos los valencianos».
«Hay que vivirlo, pero cómo lo habrán vivido las 10 personas que se quedaron dentro y que hoy, desgraciadamente, no pueden estar con nosotros», concluye, emocionado, Ramón.