Decir
palabrotas puede
incrementar la fuerza de algunas personas. Así lo han explicado un grupo de
psicólogos en la conferencia anual de la
Sociedad Psicológica Británica que se ha celebrado en Brighton. Después de realizar una
investigación, concluyeron que introducir palabras malsonantes en el lenguaje puede ser beneficioso.
El estudio fue realizado con personas de entre 19 y 21 años. El primer experimento analizó cómo las palabrotas afectaban a los participantes mientras estaban una bicicleta estática durante 30 segundos. El resultado fue que el pico de potencia de los que decían palabrotas aumentó un promedio de 24 vatios.
La segunda pruba consistía en medir el agarre con un aparato durante 10 minutos. Los que decían palabrotas mientras tanto aumentaron su fuerza en 2,1 kilos.
El Dr. Stephens, coordinador de la investigación, afirmó que estos resultados no le sorprendieron pues en otro estudio confirmaron que las palabrotas pueden ayudar a que las personas toleren mejor el dolor. Por ello, esperaban que tuvieran el mismo efecto en la fuerza.
Lo cierto es que aunque la hipótesis es cierta,
se desconoce cuál es la causa exacta por la que las palabrotas tienen efecto positivo sobre nuestro cuerpo, según informa
‘The Guardian’.
Decir palabrotas puede ser un signo de honestidad
La ciencia también ha encontrado un vínculo positivo entre las palabrabrotas y la honestidad. Las personas que maldecían mentían menos a nivel interpersonal y tenían niveles más altos de integridad en general, encontró una serie de tres estudios publicados en 2017.
«Cuando expresas honestamente tus emociones con palabras poderosas, darás la impresión de ser más honesto», dijo Jay, que no participó en los estudios.
Si bien una tasa más alta de uso de blasfemias se asoció con una mayor honestidad, los autores del estudio advirtieron que «los hallazgos no deben interpretarse en el sentido de que cuanto más una persona use blasfemias, es menos probable que participe en actos inmorales más graves o comportamientos poco éticos».