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Decir palabrotas: ¿es realmente bueno para la salud?

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Las palabrotas, comúnmente vistas como un signo de mala educación, podrían tener beneficios inesperados para nuestra salud mental y física. Según diversos estudios, el uso de lenguaje soez no solo libera tensión, sino que también fortalece vínculos sociales y mejora nuestra capacidad de afrontar situaciones de estrés. Pero ¿qué dice la ciencia al respecto?

¿Por qué decimos palabrotas?

Decir palabrotas es una respuesta emocional que suele surgir en momentos de ira, frustración, sorpresa o incluso alegría. Estas palabras activan áreas del cerebro relacionadas con las emociones, como la amígdala, lo que explica por qué a menudo nos sentimos mejor después de soltarlas.

Un estudio publicado en NeuroReport revela que el uso de palabrotas aumenta nuestra tolerancia al dolor físico. Al decir una grosería, el cuerpo libera endorfinas, las hormonas del bienestar, reduciendo la percepción del dolor.

Beneficios de decir palabrotas

  1. Reducción del estrés:
    Pronunciar palabrotas puede actuar como una válvula de escape emocional, disminuyendo el estrés y la ansiedad. Estudios de la Universidad de Keele en Reino Unido demuestran que insultar en voz alta ayuda a liberar tensión acumulada.
  2. Aumento de la tolerancia al dolor:
    Como se mencionó, un experimento en el que los participantes debían sumergir la mano en agua helada demostró que quienes decían palabrotas soportaban más tiempo la prueba en comparación con aquellos que usaban lenguaje neutral.
  3. Fortalece los lazos sociales:
    Aunque pueda parecer contradictorio, decir palabrotas en un contexto relajado o humorístico puede mejorar la conexión entre las personas. Un lenguaje más informal genera complicidad y refuerza las relaciones interpersonales.
  4. Expresión emocional más clara:
    Las palabrotas son una forma efectiva de expresar emociones intensas, especialmente cuando el vocabulario común no parece suficiente para describir lo que sentimos.

¿Tiene algún riesgo?

A pesar de los beneficios, abusar del lenguaje soez puede tener consecuencias negativas. En contextos formales o profesionales, puede ser percibido como poco profesional o incluso ofensivo. Además, el uso excesivo puede diluir su impacto emocional, haciéndolo menos efectivo como herramienta de desahogo.

¿Qué dicen los expertos?

Richard Stephens, investigador en psicología de la Universidad de Keele, asegura que las palabrotas son una «herramienta lingüística poderosa» que puede usarse estratégicamente para gestionar el estrés y la tensión. Sin embargo, advierte que no deben convertirse en un hábito constante.

Por su parte, Emma Byrne, autora del libro Swearing Is Good For You (Decir palabrotas es bueno para ti), argumenta que el lenguaje soez es una parte integral de la comunicación humana y que puede reflejar inteligencia emocional al saber cuándo y cómo usarlo.

¿Debemos usar palabrotas con moderación?

La clave está en encontrar un equilibrio. Decir una palabrota en el momento adecuado puede ser terapéutico, pero un exceso podría perjudicar nuestra imagen en ciertos entornos.

Conclusión

Decir palabrotas no es solo un acto impulsivo, sino también una herramienta con beneficios sorprendentes para la salud emocional y física. Desde liberar el estrés hasta mejorar la tolerancia al dolor, estas palabras tienen un impacto mayor del que imaginamos. Eso sí, como con todo, la moderación es clave.

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Cuándo conviene amortizar una parte de la hipoteca y cómo hacerlo según los expertos

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Necesito una hipoteca para comprar un local: ¿qué debo tener en cuenta?

Reducir deuda puede suponer un gran ahorro en intereses, pero no siempre es la mejor decisión financiera.

Con los tipos de interés todavía en niveles elevados y muchas familias buscando aliviar la carga de su préstamo hipotecario, la amortización anticipada —devolver parte del capital pendiente antes de tiempo— vuelve a estar sobre la mesa. Los expertos coinciden en que amortizar una parte de la hipoteca puede ser una estrategia eficaz para ahorrar intereses, pero advierten de que conviene hacerlo en el momento y de la forma adecuados.

¿Cuándo es recomendable amortizar?

Según los analistas financieros, la amortización parcial es más conveniente en los siguientes casos:

  • Cuando el tipo de interés es alto o variable, ya que reduce la exposición a futuras subidas del Euríbor.
  • Si se dispone de un ahorro estable y no se prevé necesitarlo a corto plazo.
  • En la primera mitad del préstamo, cuando la mayor parte de la cuota mensual se destina a pagar intereses.
  • Cuando no existen deudas más caras, como préstamos personales o tarjetas, que conviene saldar primero.

Por el contrario, no es recomendable amortizar si el cliente tiene una hipoteca con un tipo muy bajo o fijo y puede obtener mayor rentabilidad invirtiendo su dinero, o si no cuenta con un colchón de emergencia de al menos 3 a 6 meses de gastos.

¿Reducir cuota o plazo?

Uno de los principales dilemas es decidir si amortizar para reducir la cuota mensual o acortar el plazo del préstamo.
Los expertos en finanzas personales explican que:

  • Reducir el plazo permite un mayor ahorro en intereses, ya que el préstamo se liquida antes. Es la opción más eficiente desde el punto de vista financiero.
  • Reducir la cuota, en cambio, libera liquidez cada mes y mejora la capacidad de ahorro o consumo. Es la mejor elección para quienes buscan mayor margen económico sin presiones.

En la práctica, muchos asesores recomiendan reducir plazo si la economía familiar está saneada y reducir cuota si se prioriza la seguridad y la estabilidad presupuestaria.

Cómo hacerlo correctamente

  1. Consultar las condiciones del contrato: algunos bancos aplican comisiones por amortización anticipada, especialmente en hipotecas a tipo fijo (suele oscilar entre el 0,5% y el 1%).
  2. Elegir el momento adecuado: hacerlo tras recibir pagas extras, bonus o devoluciones de impuestos puede ser una forma sencilla de reducir deuda sin afectar al presupuesto.
  3. Comparar antes de actuar: conviene analizar con un simulador hipotecario cuánto se ahorraría al amortizar una cantidad concreta y si el impacto fiscal o financiero compensa.
  4. Solicitarlo por escrito al banco, indicando si se desea reducir cuota o plazo, y conservar el justificante de la operación.

En resumen

La amortización parcial de la hipoteca es una herramienta útil para reducir deuda y ganar tranquilidad, pero su conveniencia depende del tipo de préstamo, de la situación económica personal y del horizonte financiero de cada familia.
Como resume el economista Javier Ferrer, “amortizar siempre es bueno si se hace con cabeza: primero hay que garantizar liquidez y estabilidad, y después pensar en adelantar dinero al banco”.

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