Finalmente, lo esperado se ha hecho realidad. Acorralado las polémicas pero sobre todo tras conocerse que poseía el 25% de una sociedad en Panamá, heredada de su padre por él y por sus hermanos, Manuel Moix ha presentado este jueves su dimisión como Fiscal Jefe Anticorrupción ante el fiscal general del Estado, José Manuel Maza.
Manuel Moix ha vivido un mandato en la Fiscalía Anticorrupción llena de tensiones desde su llegada, lo que le llevó a ser reprobado por el Congreso, junto al Ministro de Justicia, Rafael Catalá. Pero lo que ha llevado a la dimisión es la pérdida de los apoyos con los que había contado en las filas del Gobierno y de la Fiscalía del Estado, fundamentalmente de José Manuel Maza. Así, primero la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, y el ministro Rafael Catalá, con declaraciones en las que se desmarcaban de la actuación del fiscal, dejaban entrever el desenlace que se ha confirmado en la mañana del jueves, y que no es otro que su renuncia.
“Si el Consejo Fiscal ha puesto en marcha un nombramiento, nosotros respetamos la autonomía fiscal, y cuando se trata de un caso como este la decisión le corresponde a la fiscalía”, decía este miércoles Sáez de Santamaría. De forma similar se expresaba el ministro Catalá, quien aseguraba que Moix no había sido nombrada «por la confianza del Gobierno», sino por la decisión del Fiscal General del Estado. No obstante, salió en defensa de Moix al alegrar que «creo que ha dado toda la información».
Panamá, el inicio del fin
Todo empezó a precipitarse con la información revelada por por el medio «Infolibre» en la que destapó que Moix era propietario de un 25% de la empresa Duchesse Financial Overseas, constituida en 1988 y propietaria de un chalet valorado en más de medio millón de euros en el municipio madrileño de Collado Villalba. Moix se defendió admitiendo su error en no comunicarlo en su momento al Fiscal Jose Manuel Maza, aunque adujo que no le dio importancia por tratarse de un asunto de su padre,