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Discurso íntegro de José Remohi a Consuelo Llobell en el día de su Exaltación

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Muy aplaudido fue en la tarde de la Exaltación de la Fallera Mayor de València, Consuelo Llobell, el discurso de su mantenedor, el profesor y fundador y co-presidente del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), Jose Remohí. Fallero de la comisión Almirante Cadarso-Conde de Altea, conoce los entresijos de la fiesta, otra de sus grandes pasiones, por o que fue capaz de cautivar al público asistente a través de un discurso directo y sencillo dedicado íntegramente a Consuelo Llobell y las componentes de sus Corte de Honor. Sin papeles, tan solo con unas notas de referencia, Jose Remohí exaltó la figura de la Fallera Mayor de València con un discurso de corazón, del cual os dejamos la transcripción completa.

Discurso íntegro de José Remohi a Consuelo Llobell en el día de su Exaltación

«Excelentísimo Señor Alcalde de Valencia, señor concejal de Cultura Festiva y presidente de la Junta Central Fallera Pere Fuset, autoridades, Fallera Mayor de Valencia, Corte de Honor, miembros de la Junta Central Fallera, señoras, señores, amigos, falleros; a todos, buenas noches.

Hoy es un día grande, esta noche es la Exaltación de la Fallera Mayor y de su Corte de Honor.

En primer lugar, yo quisiera pedirles disculpas, porque soy disléxico, y mi dislexia me impide leer en público, me impide leer bien; por lo tanto, Consuelo, no te voy a poder dar el discurso de esta noche por escrito, porque tengo que ir improvisando según las notas que he ido tomando.

En segundo lugar, quisiera dar las gracias a la Junta Central Fallera y, en particular, a su presidente, Pere Fuset, por el nombramiento de mantenedor. Para mí, es un honor, es un orgullo. Gracias, porque, aunque sea mínimamente, es una forma de entrar en la historia de esta ciudad, de la ciudad de Valencia. Y nada mejor que de la mano del mundo de las Fallas.

Tengo que reconocer que, aunque soy fallero desde la infancia interrumpidamente, incluso cuando vivía en Estados Unidos, hace más de 40 años que no asisto al espacio de un mantenedor. Siempre lo he considerado la parte más aburrida de una presentación. Creo que, si me lo permiten, diría que es lo único aburrido de todas las Fallas. Y, paradójicamente, yo hoy soy el mantenedor. Intentaré no ser aburrido; no sé si lo conseguiré, pero al menos les prometo que seré breve.

Esta noche no les voy a hablar de lo importantes y de lo maravillosas que son las Fallas, del Patrimonio de la Humanidad, o de que es nuestra imagen, la de los valencianos, en España o en el extranjero. No, no hace falta, y menos hoy aquí en este foro. Todos nosotros somos falleros. Nadie nos tiene que decir lo importante que es esta fiesta, porque nosotros somos la fiesta. Nosotros somos las fallas.

Mis primeras palabras quiero que sean para la Corte de Honor. Esta es su noche. A toda mujer fallera le encantaría, esta noche, formar parte de la Corte. Tenéis esa suerte. Muchas felicidades a cada una de vosotras. Lo recordaréis toda la vida. Es una experiencia que os convertirá en amigas eternas. Y, como he dicho, quiero hacer honor a cada una de ellas.

A Marta Tejedo, porque es una mujer altamente preparada e incansable, una referente para todas. Marta, lo que eres y lo que representas fascina a todos los que te rodean.

Paula Navarro: Siempre dispuesta a ayudarte, a cuidarte y a tenderte la mano. Eres incondicional. Lo das todo por los demás.

Andrea Cea: Delicadeza, bondad. No hay nada que se le resista.

Claudia Rodríguez: Entrega, energía, positividad, ver fácil en la adversidad, gran corazón.

Andrea Grau: Un gran descubrimiento. Esa mirada cómplice de amiga, siempre presente, que sabe descifrar lo que piensas en tan sólo un segundo.

Helena Espert, de la falla de la plaza del Mercado Central. Estudiante de Medicina… Nos veremos próximamente en las aulas. Helena cambió su residencia de Alginet a Valencia, entre otras cosas, para estar más cerca del mundo fallero. Tiene como bandera su valencianía.

Marina Fagoaga, de la falla Doctor Collado: Inocencia, bondad, elegancia, incondicionalidad, entrega. Un orgullo que sea representante en la Corte del 150 aniversario de su falla.

Yasmine Espí: Siempre atenta. El bien de sus seres queridos va por delante del suyo propio.

Déborah Pascual: Ama sus raíces, pasión por las fallas, inmensamente optimista.

Raquel Nebot: De profundas raíces y tradiciones falleras. Destaca su elegancia, su calma y, a la vez, su energía. Amiga insustituible.

Jéssica Iranzo: Constancia. No tiene límites. Consigue lo que se propone.

Y, por último, Anna Duggan, de mi falla, de Almirante Cadarso-Conde de Altea: Altamente preparada, lista, divertida, generosa, responsable, comprometida, gran amiga. De ti, hablan tus ojos y tu eterna sonrisa. Seguro, Ana, que eres el alma de la Corte.

Todas vosotras entretejéis y representáis los barrios de la ciudad: Desde los históricos como la Seu, el Mercado o la plaza del Doctor Collado, hasta el Marítimo con el Cañamelar y el Grau; desde la Cruz Cubierta a Ruzafa; de la Roqueta a la Petxina; desde la avenida de Francia a l’Eixample, o desde Benimàmet a Arrancapins y el Botánico. Hoy Valencia está representada con todas vosotras.

Consuelo Llobell, Fallera Mayor de Valencia de 2020.

Tiene 24 años. En esta etapa de la vida, hasta los 24 años, no hacemos otra cosa que estudiar y formarnos. En esta etapa académica de Consuelo, destacaría su paso por los Agustinos. Lo describe como su mejor época. Esta época fue tremendamente feliz y comenzó a hacer grandes amigos, que hasta el día de hoy los tiene. Su infancia y su adolescencia transcurrieron entre los Agustinos y la falla, todo en la misma demarcación.

Consuelo es de la opinión de que no es en la Universidad donde uno mejor se lo pasa. La Universidad es dura, y yo opino como ella; pero su paso por la facultad de Medicina de Valencia, entre 2013 y 2019, ha sido brillante. Consuelo ha aprobado todas las asignaturas en primera convocatoria con un expediente magnífico, y este expediente ha sido gracias a porque es perseverante, porque es organizada, porque es autoexigente, porque se crece en la adversidad. Y eso lo ha demostrado en la Universidad, porque lo planea todo e incluso piensa en un paso más allá, porque siempre consigue lo que pretende, gracias al esfuerzo y, como he dicho antes, a la organización; pero, a la vez, sin perder los pies de la tierra. Porque Consuelo es muy realista. Ella es realmente sensata. Yo he sido profesor suyo en quinto curso de Medicina, en la asignatura de Ginecología, y les tengo que decir, con mucho orgullo, que Consuelo consiguió Matrícula de Honor en mi asignatura.

Estoy convencido de que le espera un futuro brillante. Consuelo se debate entre si meterse en una ambulancia del SAMU, para solucionar urgencias y salvar vidas, o su otra gran pasión, que es la Dermatología. En cualquiera de las dos o en cualquier otra, yo le auguro un futuro de éxito.

Consuelo, por otro lado, es casera; ama a sus padres y a su hermana por encima de todas las cosas, y, como ella dice, “que no me falten”. De hecho, en estos últimos años que su hermana María José ha estado viviendo en Alemania, no lo ha llevado muy bien, algo le faltaba.

Consuelo también es una gran lectora, una lectura empedernida, una lectora que le roba los libros a su hermana, y ella dice “mi hermana los compra, yo se los robo y luego los leo”.

Pero Consuelo tiene una asignatura pendiente, un sueño que persigue que todavía no lo ha conseguido, y es tener un perro.

La amistad, para Consuelo, es algo vital en su existencia. Es uno de sus pilares fundamentales. Consuelo tiene muchas amigas, se lleva bien con todo el mundo, tiene amigas de diferentes ambientes y es como la pieza de engranaje que las une a todas.

Consuelo admira la amistad, la honestidad y la sinceridad, y ella es sincera, ella es directa, ella va de cara, ella nunca te traicionará; es cariñosa y es tremendamente tímida, sobre todo con la gente que no conoce; pero, con el tiempo, se convierte en imprescindible, en incondicional. Es la única que siempre tiene un minuto para ti, por muy ocupada, por muy difícil que sea su momento, siempre tiene un minuto. Es una amiga que te respalda, que siempre está ahí; es una amiga que está ahí en situaciones difíciles. Sabes que puedes contar con ella.

Le importan mucho las críticas negativas que vienen de sus amigos; pero, sin embargo, si es una crítica de alguien que no la conoce, tiene la virtud de que eso no le haga daño. Cuida mucho a sus amigos, porque ella tiene el concepto de que un amigo es para toda la vida. Es una amiga que tendríamos que poner todos en nuestra vida.

Por otro lado, Consuelo mata por Valencia. Condiciona su vida a estar unida a la ciudad. Renunció a un Erasmus de la Universidad tan sólo por no estar lejos de Valencia. Consuelo es capaz de cambiar su destino si éste no va de la mano de Valencia. No se imagina vivir fuera de esta ciudad, y, como ella dice, “duraría dos semanas”.

Si Consuelo tuviera que quedarse con un rincón o una esquina de Valencia, lo haría con la estación del Norte y la plaza de toros; ese rincón es su postal preferida de la ciudad, y, cómo no, el Perelló. El Perelló es su refugio, su santuario, su sitio de paz, de encontrarse a sí misma, siempre delante del mar, con el mar.

Consuelo es fallera desde los cuatro años de la comisión Albacete- Marvá. Fue Fallera Mayor Infantil en 2009 y Fallera Mayor el año pasado, en 2019.

Consuelo necesita oír las bandas de música en la calle para decir “ahora sí que te sientes en fallas”.

A Consuelo, una de las cosas que más le gustan es la Cabalgata del Ninot, de gran tradición en la falla Albacete-Marvà. Se disfraza de todo. Siempre ha salido en la cabalgata, siempre se emociona, siempre se divierte. Ella se define como que es una gran cabalgatera.

Pero, ahora bien, ella también se define como una petardera; de la pólvora, le encanta el olor el sonido, y tirarla.

Consuelo es la fallera de casal, de comidas eternas en la carpa. Ella destaca siempre su relación con la falla infantil y los “angelitos”… en la que tantos años ha estado involucrada.

A Consuelo le encanta sentir, en su piel, el traje de valenciana; pero, sobre todo, a Consuelo, lo que más le gusta de las Fallas es la ofrenda, a la que jamás ha dejado de asistir. Todos los años se emociona al llevar en el ramo dos flores muy especiales, una por su madre y una por su abuela, y siempre les da un beso antes de entregarle el ramo a la Virgen.

A Consuelo, el mundo de las Fallas la transforma. A Consuelo, las Fallas le apasionan. Ella lo sabe y te lo hace saber, te lo trasmite, te contagia ese amor. Por eso, Consuelo, eres una magnífica embajadora de las Fallas y de Valencia.

Y, para terminar, quiero decir que Consuelo es de esas personas que brillan hasta incluso en esos días que tienes el alma rota.

Consuelo, sigue así, lucha por Valencia, lucha por las Fallas y ve donde la voz de tu corazón te diga.

Buenas noches. Muchas gracias. Visca València i visquen les Falles»

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