La autoridad judicial que investiga el caso de las niñas Anna y Olivia presuntamente asesinadas por su padre en Tenerife autorizará en los próximos días el cese de las operaciones de rastreo del buque oceanográfico Ángeles Alvariño en busca de los cuerpos del presunto asesino Tomás Gimeno y su hija Anna, al llegar a la conclusión, tanto la instructora como el responsable de operaciones de la embarcación, de que es «imposible» continuar con el rastreo ante lo escarpado del terreno submarino.
La magistrada titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer numero dos de Santa Cruz de Tenerife, órgano competente para la investigación del caso, ha tomado este miércoles esta decisión, tras haber recibido un informe del responsable de operaciones del barco que califica de «completamente inabordable» la exploración en la zona en donde hipotéticamente podrían localizarse nuevos resultados.
El buque Ángeles Alvariño permanecía atracado en el muelle de Santa Cruz de Tenerife después de que el lunes tuviese que marcharse de la zona de búsqueda por las malas condiciones meteorológicas.
Dadas las corriente del fondo marino, según explican en el informe los equipos a cargo del caso de las niñas de Tenerife, no se puede asegurar que un cuerpo lastrado con un cinturón de buceo (el de Tomás Gimeno) no se desplazara y llegara a otro lugar no determinado y fuera de la capacidad de búsqueda del Ángeles Alvariño.
El buque sónar Ángeles Alvariño, dotado con un robot submarino, empezó a trabajar en la búsqueda de las niñas de Tenerife el pasado 30 de mayo. Un mes después, anuncia definitivamente que finalizará el rastreo al considerarse «imposible» encontrar más pistas.
El buque oceanográfico ha intentado rastrear todas las zonas posibles. Después de encontrar las últimas pista, dos botellas de oxígeno que pertenecían a Tomás Gimeno, se establecieron líneas de búsqueda separadas cinco metros para poder tener la certeza de que en la zona no quedó ningún objeto, por pequeño que fuera. Se buscó también por si aparecía el cinturón de plomos lo que confirmaría que quedó a la deriva, pero no pudo hallarse.
Según el abogado de Beatriz Zimmerman, si no se encuentra a Tomás Gimeno, la juez mantendría las órdenes de captura internacionales, que ya ha dictado, hasta que fuera hallado o hasta que pasaran los 20 años de prescripción, que implicaría que el caso quedaría archivado.