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‘El @LevanteUD juega con su ventaja’, Por Dani Hermosilla (0-0)

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DANI HERMOSILLA

El Levante no necesita de heroicas. Este Levante no persigue récords periodísticos. El Levante busca jugar en Primera la temporada que viene. Y lo hará. Aunque sea con un juego que se ha apagado en las últimas jornadas. Lo mejor del Levante es su paciencia, y el lujo de tenerla. Empate sin goles en Orriols contra un Reus que hizo nada. Defender, orden y llevarse un punto. De los pocos que lo han hecho, defendiendo su historial de este año. En casa nada. Fuera, una mosca cojonera. La segunda es difícil. Y el Levante puede, sabe y va a jugar con su enorme ventaja de aquí hasta que se logre el ascenso. ¿Cádiz, Oviedo, Rayo…? A este equipo le da igual. Simplemente lo hará: un punto más y un partido menos para el objetivo final.

El once. La caída de Getafe supuso también la caída de algunos titulares, como Morales. Muñiz optó por el toque, juntando a Campaña con Espinosa, por delante de Natxo Insa, y la electricidad de Montañés, a quien casi no se le vio. Tampoco se vio demasiado a Roger, que se curra su ‘9’ partido a partido. Porque apenas le crean ocasiones. Las que tiene, se las curra a tope. Casi nacen de la nada. Los laterales tampoco están con mucha salida por banda. En definitiva, un once para tener el balón, pero sin convicción. Al equipo o le pesa la temporada o le puede la presión de tener el objetivo tan cerca. Vorem

Sin velocidad. Ahora que nos ponemos todos a pensar en el ascenso, incluidos los jugadores y cuerpo técnico que siguen con el ‘esfuerzo moderado’, hay algo que el Levante necesitará sí o sí en Primera. Velocidad y contrataque. Estaba pensando las razones por las que Morales este año no ha brillado. Y esta es una principal. La segunda velocidad del Levante es como el McLaren de Alonso, poco o nada competitiva. El ritmo de salida en campo propio a pérdida del contrario es inexistente. Y no es porque se busque una posesión defensiva, sino porque el equipo directamente no lo hace, el entrenador no lo exige. Y me da, que el cambio de ritmo en el fútbol es fundamental. Probablemente el partido de Valladolid es el más completo que ha hecho el equipo, y en el que Morales mejor estuvo. Contra, velocidad y pase al espacio. Atentos.

Sin ocasiones… El Reus es un equipo de juego similar al Levante UD. Forma y manera de replegarse, de salir. Toca cuando necesita elaborar, y juega directo con un futbolista físico como Edgar Hernández. Concede poco el conjunto catalán. Sin espacios ni velocidad, la consecuencia natural es falta de ocasiones. Roger rozó el gol en la más clara del primer acto. Campaña, muy deslabazado en los últimos partidos, lo intentó desde la frontal. ¿Todo lo demás? Juego horizontal sin profundidad. Como siempre, lo mejor está en los tiempos del equipo. El de Muñiz es un equipo que lo hace perfecto. No crea peligro, pero tampoco se lo crean. No le hace falta

Sin cambios. Otra de las cuestiones que sorprende en Muñiz es que está más ‘prudente’ en los cambios. El equipo no acaba de funcionar pero el técnico no acaba de ser ese resorte que optaba por cambiar nada más se veía un signo de debilidad.

Paciencia. Seguramente, la característica más importante del Levante. La clave de su éxito es que el equipo no suele perder el norte. Ni siquiera en la segunda parte de Getafe donde nunca estuvo en el partido. Ante el Reus, buena prueba. No te marcaré pero tu a mi tampoco. Elabora lento, pero seguro. Sin conceder balones peligrosos al contrario. Pero la gente en Orriols tiene ganas de aplaudir, de animar y de pasarlo bien, de soltarse el pelo y celebrar el ascenso.

Natxo Insa. Fulgurante su cambio. Una jugada la lado del banquillo de Muñiz. Recupera un balón, lo pierde y a punto está de recibir tarjeta amarilla. Hubiera sido la segunda. Reacción inmediata. Insa fuera, Víctor dentro. Quedarse con uno menos hubiera sido un golpe duro para un equipo que no pasa por su mejor momento de juego. Además, sale el jugador que ha sabido darle al Levante un plus diferente esta temporada, otro ritmo otro juego, un jugador imprescindible en el próximo ascenso.

Y arreón final. No queda otra. Cuando no hay juego, presión, fuerza, ganas… Así acabó el partido en Orriols. Con un Levante más tenso que claro. Salió Verza para patear si alguna falta había. Y la tuvo. Balón a la escuadra, que Edgard Badía resolvió con un paradón, ya cuando el crono estaba en el último minuto. No hay problema. Orriols este año es paciente porque, aunque no se lo pase de fiesta, disfruta de la enorme superioridad de un equipo que, recordemos, sigue intratable cuando juega de local.

¿Próxima parada? Cadiz. La Tacita de Plata ya no celebrará el ascenso granota. Próxima cita en Orriols, el Real Oviedo. Por lógica, el partido en el que todo se puede cerrar.

LEVANTE UD:
Raúl, Pedro López, Sergio Postigo, Chema, Toño; Natxo Insa (Victor Casadesús, 66), Campaña (Verza, 86′), Espinosa; Montañés (Morales, 62′), Jason y Roger.
REUS DEPORTIVO
Edgar Badia, Angel, Olmo, Atinza, Folch, Jorge Díaz (Máyor, 78), Lopez Garai, Carbia (Vitor Silva, 63), Miramón, Atienza, David Haro, Edgar Hernández (Querol, 80).
Goles:

Arbitro: Jorge Valdés Aller
Tarjetas amarillas
Levante: Insa
Reus: Edgard Hernández, David Haro
Orriols: 14.207 espectadores.

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