Cultura

¿Cómo hacer bien la elección de la persona adecuada?, por Enrique Rojas

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Comprende tus emociones, es el último libro de Enrique Rojas. Una guía clara y precisa para reconocer lo que sentimos y así tener el control y alcanzar el equilibrio emocional.

El doctor Rojas trata en este libro de los sentimientos, las emociones, las pasiones y las motivaciones que condicionan nuestra conducta. Si sabemos identificarlos seremos capaces de controlarlos y no serán ellos quienes nos dominen.

Las emociones se pueden clasificar en pares antagónicos: amor y odio, alegría y tristeza, paz y miedo, admiración y desprecio, etc… A través del diagnóstico y la evolución de muchos  pacientes que ha tratado, el doctor Rojas nos muestra cómo afrontar los sentimientos negativos y controlar los positivos para no dejarnos arrastrar irracionalmente por ellos.

ENRIQUE ROJAS

Enrique Rojas es catedrático de Psiquiatría y Psicología Médica y director del Instituto Rojas-Estapé de Psiquiatría. Premio Extraordinario del Doctorado en Medicina por una investigación sobre el suicidio. Médico Humanista del Año en España. Ha recibido el Máster de Alta Dirección de España. Acaba de recibir el premio Pasteur de la Asociación Europea de Competitividad por su trayectoria clínica.

Sus libros ofrecen dos vertientes: los clínicos, dedicados a las depresiones, la ansiedad, las crisis de pánico, los trastornos obsesivos y los trastornos de la personalidad; y los de ensayo y temas humanísticos, sobre la voluntad, las crisis de pareja, la inteligencia o la felicidad.

Ha vendido más de tres millones de libros. Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas, desde el inglés al ruso, pasando por el alemán, el italiano, el polaco o el portugués.

Ha participado en muchas ferias del libro, desde Frankfurt a Buenos Aires, pasando por México, Nueva York, Santiago de Chile o Londres.

Enrique Rojas cuenta con más de 147.000 seguidores en Instagram

EL AMOR Y EL DESAMOR

Lo que necesita el ser humano es amor. Es la palabra mágica, esencial, decisiva, el motor de los motores de nuestra existencia y cobija en su seno muchos significados, pero en todos ellos late la misma idea: tendencia, inclinación hacia alguien o algo que se descubre como valioso, que nos hace buscar su cercanía y su bien. Amar es sentir afecto por alguien o por algo y que nos lleva a buscarlo. Amar es alegrarse por alguien o por algo.

El amor humano

Donde el amor se ve de forma más clara y rotunda es en el amor humano, de la pareja, conyugal o como queramos llamarlo. Ahí es donde se expresa de forma más nítida y donde uno se da cuenta de su riqueza y complejidad. Y este tiene sus comienzos en el enamoramiento: que es una experiencia de asombro positivo, que nos lleva a detenernos frente a esa persona y querer conocerla. Por eso, para poder enamorarse, hay que estar abiertos al mundo en general, y entonces está uno en condiciones de asombrarse. Es una experiencia universal y podemos decir que es una de las vivencias más importantes que le pueden pasar a una persona… y, por eso es difícil definirlo con un signo exclusivo, porque se hospedan en su interior muchos matices afectivos.

El enamoramiento es amor de alta intensidad al descubrir a una persona que nos llama poderosamente la atención y detenernos frente a ella. No es un sentimiento, sino una emoción, por la fuerza que tiene y porque es capaz de cambiar la trayectoria de una vida… y que afecta tanto a la afectividad como a la razón y también al mundo físico.

Hay tres elementos esenciales para que el enamoramiento se produzca: atracción física, atracción psicológica y admiración.

La atracción física viene primero, después la admiración. Enamorarse consiste en encontrar a una persona que nos llena, que vale la pena, que uno quiere conocer más para adentrarse en su intimidad psicológica… y por ahí va llegando la atracción psicológica: esa es la belleza interior.

Enamorarse es encontrarse a sí mismo, fuera de sí mismo. Es la forma más sublime de amor, por su intensidad y porque es capaz de arrastrar a toda la persona hacia un cambio sustancial de vida. A este estado se suele llegar de forma gradual, sucesiva, y consiste en ir descubriendo que esa persona es valiosa, que uno se siente a gusto a su lado y que hay comunicación, diálogo y un deseo de estar con ella y compartir hechos, vivencias. Hay una manera rápida que es el flechazo, que es como una revelación súbita que de pronto ilumina toda la vida y uno aprecia que se está delante de alguien muy especial… Se trata de un encuentro excepcional en donde uno se detiene hacia esa persona. Decimos: «Me llamó tanto la atención que me quedé muy sorprendido con su conversación, había algo de entrada muy sugerente para mí».

Las modernas teorías neurobiológicas han investigado cómo la corteza cerebral, la zona de la ínsula media, el hipocampo, así como alguna parte del núcleo estriado y el núcleo accumbens, están involucrados en todo el proceso del enamoramiento, en donde se activaban esos territorios cerebrales, con liberación especial de dopamina, que es la hormona del placer, el deseo y la recompensa; mientras se reduce el nivel de serotonina, que es la sustancia más relacionada con la ansiedad, al igual que asoma a dosis altas la oxitocina, la hormona del abrazo y la cercanía.

¿Cómo hacer bien la elección de la persona adecuada?

A veces el amor sale al encuentro de forma decidida, inesperada y súbita. En otras ocasiones, se lo busca con fruición: se está atento a la gente que uno va conociendo con el fin de tener los ojos abiertos. La mujer busca una relación más profunda y que la lleve a construir un hogar y ser madre. Por el contrario, las cosas suelen ser distintas en el hombre, que busca más una relación superficial y no piensa en otras cosas. Dos notas quiero dejar aquí, en este momento de nuestro recorrido por los mares de los sentimientos. Una, que, en la vida actual, con cierta frecuencia, ocurre lo siguiente: el hombre fingiendo amor, lo que busca es sexo; y la mujer fingiendo sexo, lo que busca realmente es amor.

Y otra: hoy existe, en el hombre de los treinta años en adelante, que muchas veces vive en casa de sus padres o ya se ha independizado de ellos, el llamado síndrome de pánico al compromiso: le da terror comprometerse con la chica que ha conocido, y quisiera mantenerse más o menos saliendo con ella, pero sin ser capaz de dar un paso al frente… El compromiso asusta, da miedo, y se huye de él. Por eso resulta conveniente tener en la cabeza un cierto modelo masculino o femenino de lo que uno aproximadamente va buscando, pues luego, cuando llegue la realidad, al menos dispondremos de ciertos puntos de referencia y habremos hecho una tarea previa de análisis de las preferencias, estilos y contenidos que deseamos y esperamos encontrar.

No hay verdadero amor sin elección:

Hay que saber escoger, preferir, seleccionar, detenerse y, si es posible, conviene disponer de un patrón previo, una especie de ideal preconcebido; cuando se conozca a la otra persona, puede que se modifique ese ideal o que, como es lógico, se haga más elástico, pero es bueno tener esas coordenadas previas. La atracción física es fundamental; si no existiera y solo se diera el atractivo psicológico, no funcionaría bien; fallaría la base de ese amor.

Es preciso detenerse y otear el horizonte para saber qué está pasando dentro de nosotros y no dejarnos llevar por la corriente vertiginosa de la pasión de los primeros momentos. El amor inteligente está hecho de corazón, cabeza y cultura: sentimientos, razones, y espiritualidad.

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LA ANSIEDAD

Hay dos modos esenciales de vivir la ansiedad: como ansiedad generalizada y como crisis de ansiedad o de pánico. Voy a exponerlas a continuación:

Ansiedad generalizada

Aquí, lo más relevante es un estado de ánimo tenso, de expectaciones negativas, de preocupaciones constantes, inquietud, desasosiego, sensación de fatiga, irritabilidad, tensión muscular… Hay como una anticipación de lo peor poco clara, que mantiene a esa persona como al acecho. Cuando los psicólogos y los psiquiatras atendemos a estas personas, lo primero que debemos hacer es dejar que expresen lo que siente, aunque, en ocasiones, puede no ser fácil explicarlo, pues se mezclan vivencias físicas, psicológicas y cognitivas (mentales). El relato en primera persona es un documento básico. Parte de la terapia es dejarle hablar y que cuente lo que siente o ha sentido, dejando que se exprese largamente, pues la catarsis es importante.

Algunos de los síntomas son:

Síntomas físicos como taquicardia, palpitaciones, dilatación pupilar, constricción de casi todos los vasos sanguíneos, temblores: en manos, pies, y cuerpo en general, hipersudoración, o tics localizados entre muchos otros.

Síntomas psicológicos como inquietud, desasosiego, desazón, agobio, vivencias de amenaza, experiencia de lucha o huida, temores difusos. inseguridad o una amplia gama de sentimientos timéricos son algunos de ellos.

También hay síntomas de conducta como a hipervigilancia, dificultad para la acción; síntomas cognitivos como expectativas negativas generalizadas, pensamiento distorsionados o dificultad pa concentrarse; y síntomas asertivos como no saber qué decir ante ciertas personas, no saber iniciar una conversación, dificultad para presentarse uno a sí mismo…

DIFERENCIAS ENTRE MIEDO Y FOBIA

 

FOBIA
 

 

Temor proporcionado y comprensible.

 

Uno se defiende con hechos y argumentos lógicos.

 

El sujeto puede controlarlo de alguna manera.

 

Se puede superar con esfuerzos personales, presididos por la voluntad.

 

Muchos miedos son fisiológicos, normales, frecuentes en la

vida, y se van venciendo con el tiempo.

Temor desproporcionado e irracional.

 

La defensa habitual es la huida, el no enfrentarse con el objeto o la situación fóbica (mecanismo de evitación y aplazamiento).

 

El sujeto no puede controlarla, es superior a él, le rebasa.

 

Para superarlas es necesario un tratamiento psicológico (terapia de conducta).

 

Las fobias son siempre patológicas; algunas pueden vencerse al

no tener el sujeto más remedio que enfrentarse a ellas, pero para

superar la gran mayoría es necesaria una estrategia terapéutica.

 

 

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