Los ritmos circadianos son ciclos biológicos que siguen un patrón de aproximadamente 24 horas y regulan una variedad de procesos fisiológicos en organismos vivos. Estos ritmos son controlados principalmente por el reloj biológico interno, que se encuentra en el cerebro, en una región llamada núcleo supraquiasmático del hipotálamo. El papel de los ritmos circadianos es crucial en diversos aspectos de la salud y el funcionamiento del cuerpo humano y otros organismos. Algunos de estos aspectos incluyen:
- Regulación del sueño y vigilia: Los ritmos circadianos desempeñan un papel esencial en la regulación del ciclo sueño-vigilia. Controlan la liberación de melatonina, una hormona que induce el sueño, y cortisol, una hormona que ayuda a mantener el estado de alerta.
- Temperatura corporal: Los ritmos circadianos afectan la temperatura corporal, que alcanza su punto más bajo durante la noche y su punto más alto durante el día. Esta variación ayuda a regular el sueño y otros procesos metabólicos.
- Metabolismo y digestión: Muchos procesos metabólicos y digestivos siguen un ritmo circadiano. La ingesta de alimentos y la respuesta del cuerpo a la comida están influenciadas por estos ritmos, lo que puede afectar la salud metabólica.
- Rendimiento cognitivo y atención: El rendimiento cognitivo y la atención también muestran variaciones a lo largo del día debido a los ritmos circadianos. La función cognitiva tiende a ser mejor durante las horas del día en que una persona está más despierta.
- Función cardiovascular: La presión arterial y la frecuencia cardíaca también siguen un patrón circadiano. Por ejemplo, la presión arterial tiende a ser más baja durante la noche y más alta durante el día.
- Respuesta inmunológica: La función del sistema inmunológico puede variar a lo largo del día debido a los ritmos circadianos, lo que podría influir en la susceptibilidad a infecciones y la eficacia de las respuestas inmunológicas.
La desregulación de los ritmos circadianos, como la que ocurre con cambios en los patrones de sueño o en trabajadores por turnos, se ha asociado con problemas de salud, como trastornos del sueño, problemas metabólicos, enfermedades cardiovasculares y trastornos del estado de ánimo. Por lo tanto, mantener una rutina diaria regular que respalde los ritmos circadianos puede ser importante para la salud y el bienestar general.
¿Qué tiene que ver todo esto con ducharse de noche?
Janet Kennedy, una psicóloga experta en sueño de Nueva York, explicó a The New York Times que ducharse de noche es la mejor opción para las personas con insomnio. Y se debe precisamente a lo comentado con los ritmos circadianos.
Al ducharnos, elevamos la temperatura, pero solo mientras estamos en la ducha. Después, el cuerpo trabaja para bajarla rápidamente, por lo que acelera el proceso de somnolencia nocturno guiado por la temperatura.
Además, una ducha ayuda a relajar los músculos, algo que también resulta muy importante para dormir mejor.