Un análisis de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicado en el número de enero de la revista OCU Salud, revela los buenos resultados de las cápsulas de café espresso de varias marcas de distribución, con unos resultados de cata equiparables al que ofrecen las cápsulas originales de Nespresso y Dolce Gusto, y además bastante más baratas.
Entre las once cápsulas Nespresso espresso analizadas y junto a las cápsulas originales de la marca original, las Nespresso Ispirazione Ristretto Italiano 10 (0,42 €/cápsula), destacan dos marcas de distribución, Carrefour Intenso 8 (0,17 €/cápsula) y Auchan Fortissimo 10 (0,18 €/cápsula), así como las Saimaza Fuerte Espresso 9 (0,20 €/cápsula) y Dia Café Espresso Intenso 7 (0,20 €/cápsula). Cápsulas bastante más baratas, con las que puede conseguirse un ahorro de hasta 180 euros al año suponiendo un consumo de dos cafés al día.
Entre las ocho cápsulas Dolce Gusto espresso analizadas también destacan las marcas de distribución Auchan Espresso Intenso 9 (0,20 €/cápsula) y Carrefour Intenso (0,21 €/cápsula). Su calidad es comparable a las mejores, las originales Nescafé Dolce Gusto Ristretto Ardenza 11 o Espresso Intenso 7 (ambas por 0,26 €/cápsula). Con estas elecciones es posible ahorrar hasta 45 euros al año si se toman dos cafés al día.
Los resultados del análisis son en general buenos o incluso excelentes. De hecho, no se han encontrado restos de Ocratoxina A, una sustancia tóxica producida por un moho del café crudo. Y aunque sí se ha detectado acrilamida, una sustancia potencialmente cancerígena producida durante el tostado del grano, estaba en cantidades por debajo del límite fijado por la UE.
OCU denuncia la falta de información respecto al origen y variedad del café en el etiquetado de muchos de los productos analizados. Por otro lado, encontramos una situación confusa para el consumidor a la hora de interpretar, pues rara vez se indica la escala utilizada.
Por último, OCU recuerda que, después de su uso, hay que tirar los posos de las cápsulas a la bolsa de basura orgánica; y a la de envases las cápsulas, ya sin posos, juntas y apretadas, de modo que puedan ser detectadas durante el proceso de reciclado. Aunque siempre será mejor usar cápsulas reutilizables, que pueden rellenarse con el café que el consumidor prefiera.