Un estudio internacional liderado por investigadores del IDIBAPS y del área del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM), la Universidad de Linköping (Suecia) y del King’s College London demuestra y cuantifica que una reducción de las adversidades infantiles podría reducir la incidencia de los trastornos mentales en la edad adulta.
El estudio, publicado en Molecular Psychiatry, lo han coordinado Joaquim Raduà, jefe del grupo Imagen de los trastornos relacionados con el estado de ánimo y la ansiedad (IMARD) del IDIBAPS e investigador del CIBERSAM, Elena Dragioti de la Universidad de Linköping, y Paolo Fusar-Pol, del King’s College London. También ha participado Celso Arango, del Hospital Gregorio Marañón y del CIBERSAM.
Los trastornos mentales son multifactoriales, esto es, dependen de la combinación de múltiples factores: genéticos, biológicos, psicológicos o ambientales. Aparte de las causas no modificables en las personas que tienen un trastorno, varios estudios han identificado numerosos factores de riesgo modificables involucrados en su aparición, como por ejemplo asociados al estilo de vida o la sociedad. Pero no se sabe cuántos trastornos podrían prevenirse modificando estos factores de riesgo.
“En muchos aspectos, vivimos en una sociedad de bienestar. Pero a pesar de esta aparente bonanza, en torno a una de cada cinco personas tiene actualmente un trastorno mental”, explica Joaquim Raduà. «La pregunta es si habría menos trastornos mentales, si mejoráramos la sociedad y estilo de vida«, añade.
Joaquim Raduà, uno de los coordinadores del estudio (Foto: Hospital Clínic)
Estrés laboral
Esta cuestión es la que quiere responder al estudio publicado en Molecular Psychiatry. Los autores del estudio buscaron los factores de riesgo ambiental con mayor nivel de evidencia prospectiva para calcular la fracción atribuible poblacional, que mide qué porcentaje de los casos de un trastorno pueden atribuirse a un factor de riesgo concreto.
Los resultados son claros. Reduciendo las adversidades infantiles podrían evitarse uno de cada tres casos de esquizofrenia y reduciendo los abusos infantiles se podrían evitar uno de cada seis casos de depresión.
Una reducción del estrés laboral permitiría evitar uno de cada cinco casos de depresión.
Y respecto al estilo de vida, el hecho de hacer más ejercicio físico podría evitar uno de cada seis casos de Alzheimer; disminuir los factores de riesgo metabólico, como el exceso de grasas en sangre, podría evitar uno de cada diez casos de depresión; y evitando el sobrepeso antes o durante el embarazo se podría evitar uno de cada quince casos de autismo en los hijos.
Por tanto, reduciendo las adversidades y abusos infantiles, reduciendo el estrés laboral, y mejorando el ejercicio físico, dieta y peso, se podrían evitar una parte muy importante de los trastornos mentales.
“Eso significa que podríamos evitar que millones de personas desarrollen trastornos mentales. Pero también significa que muchos trastornos, probablemente la mayoría, seguirían ahí. Por eso es tan importante dedicar más recursos a la investigación en salud mental para crear tratamientos que mejoren de forma más efecitva la calidad de vida de las personas con uno de estos trastornos”, concluyen los autores.