València, 5 feb (EFE).- La falla Ángel Guimerá-Pintor Vila Prades, más conocida como Arrancapins, ha puesto un cartel en el ninot que exhibe en la Exposición del Ninot y que ha generado las críticas de la comunidad judía de València, en el que aclaran que «no odian a los judíos ni a los que profesan esa religión» sino que «denuncian al gobierno de Israel por el genocidio en Gaza».
Así lo explica a EFE Pep Romero, portavoz de esta comisión de València, que ha indicado que la falla alternativa de 2024 se llama «Emboscats» y contiene un bosque con varios árboles que escenifican una denuncia social como la violencia machista, la dificultad de acceso a la vivienda, «el genocidio en Gaza» o la memoria histórica, entre otros.
El polémico ninot representa un árbol de Navidad realizado con madera, en el que la estrella tradicional que lo corona se ha cambiado por una estrella de David y está decorado con cabezas de bebés destrozadas o con heridas graves, con el que se pretende denunciar la matanza de niños en esta región.
«Es una denuncia abierta sobre el genocidio que se está produciendo al pueblo palestino», afirma Romero, quien detalla que la escena «ha molestado a la comunidad judía de València porque al poner la estrella de David implicaba no solo al gobierno, sino a toda la comunidad judía».
Asegura que quienes les conocen saben que no odian «a nadie sin motivo justificado» y añade: «No estamos en contra de la comunidad judía ni de los que profesan esta religión, y lo único que queremos denunciar es que 15.000 niños y niñas han muerto asesinados por el gobierno israelí».
Y este domingo «pusimos un cartel diciendo que no tenemos nada contra la religión judía y la gente que la practica, sino que pedimos respeto para ella y para cualquier otra, pero no tenemos la culpa de que en los tanques israelís esté la estrella de David. Quienes tienen un problema son los judíos con el Estado israelí», sostiene.
«Están usando su emblema para ponerlo en un tanque que se carga sistemáticamente al pueblo palestino», asegura, y por eso, invita a la comunidad judía a que «manifiesten que hay judíos que están en contra de genocidio que lleva a cabo el ejército de Israel como están haciendo algunos en su país jugándose el pellejo».
A su juicio, «a 8.000 kilómetros de distancia no debe ser tan difícil denunciarlo en los medios de comunicación; si la comunidad judía se hubiera puesto en contra, seguramente no estaríamos donde estamos. Les emplazamos a que lo hagan porque todavía pueden evitar la muerte de muchos niños y mucha gente».
La denuncia del genocidio es «una pequeña escena de la falla», que es un «bosque que representa la resistencia y la resiliencia contra la adversidad y denuncia todo lo que no nos parece bien», incide.
Romero detalla que «hay un sauce llorón, en cuyas ramas está el nombre de cada una de las asesinadas por violencia machista, y hay otro cortado, del cual sale una pequeña planta que es la república, que cumple la promesa que le hicimos a la presidenta de la Fosa 112 -del cementerio de Paterna- de que mientras hubiera algún represaliado franquista en alguna fosa, pondríamos algo en la falla».
Forman también parte del bosque un árbol de flor de té, muy metálico y con ojos y orejas en vez de hojas y frutos, que denuncia «al sistema que nos vigila, nos ve y recopila toda nuestra información», y otro con casas de pájaros que «denuncia el problema del acceso a la vivienda y de la vivienda turística».