Un hombre armado con un cuchillo y en pleno brote psicótico sembró el pánico este domingo en el barrio de Carrús tras gritar frases en árabe como “¡Alá es grande!” y amenazar a una niña. La Policía lo detuvo después de atrincherarse en su casa y autolesionarse.
El suceso ocurrió pasadas las 19:00 h. El hombre, que vivía solo en la zona desde hace años y trabajaba en España, salió a la calle visiblemente alterado y empuñando un cuchillo de grandes dimensiones. Caminó por varias calles del barrio, e incluso llegó a entrar en algún comercio, lanzando frases en árabe con actitud que los testigos describieron como amenazante. Vecinos atemorizados y una niña amenazada
Desde las ventanas, los residentes observaron con miedo cómo el hombre, “fuera de sí” y con el rostro desencajado, recorría la calle. “Estaba ido”, relataron algunos vecinos al diario Información.
Al regresar a su edificio, el hombre se cruzó con dos niñas que jugaban en la escalera. A una de ellas llegó a retenerla durante unos segundos y la amenazó diciéndole “te voy a matar”, aunque no le causó daño físico. La menor tuvo que ser atendida por un fuerte shock emocional.
Intervención policial y episodio violento en su casa
La Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía fueron alertados por múltiples llamadas. Al ver llegar a los agentes, el hombre retrocedió y se encerró en su domicilio, desde donde llegó a lanzar una piedra que rompió el parabrisas de un coche patrulla.
Ya en el interior, se atrincheró en el balcón y comenzó a gritar, al tiempo que se autolesionaba cortándose las muñecas. Los agentes subieron con escudos y una maza, forzaron la cerradura y accedieron al piso. Allí encontraron al individuo aún alterado, en pleno brote, e intentó enfrentarse a los policías.
Finalmente, fue reducido, detenido y trasladado al hospital, donde quedó ingresado en la unidad de Psiquiatría bajo custodia policial.
Sin vínculos con el terrorismo
Durante el operativo, el hombre gritó en varias ocasiones “¡Alá es grande!”, lo que inicialmente causó preocupación. Sin embargo, la Policía descarta cualquier vínculo con el terrorismo yihadista, y atribuye su conducta a un grave trastorno mental.
No era la primera vez que protagonizaba altercados: según fuentes policiales, ya contaba con varios atestados recientes por comportamientos inestables, aunque sin antecedentes penales graves.
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