Sigue desde Official Press toda la información sobre el incendio de Campanar, las últimas noticias y la situación de los afectados:
València, 22 octubre (OFFICIAL PRESS-EFE) El jefe del Cuerpo de Bomberos de València ha declarado que la autoescalera que llegó primero al incendio de un edificio del barrio de Campanar el pasado 22 de febrero, en el que murieron diez personas, no se pudo abrir por un fallo técnico, por lo que tuvieron que esperar la llegada de otra.
En su declaración como testigo este martes ante el Juzgado de Instrucción número 9 de València, que investiga el incendio, ha señalado que el mismo fue tan brutal que no habían precedentes y que servirá para cambiar la normativa antiincendios actual, según ha manifestado a EFE uno de los abogados de las familias de varias de las víctimas, Manolo Mata.
La primera llamada alertando del incendio la recibieron los Bomberos a las 17:34 horas y a las 17:44 ya estaban allí los seis primeros bomberos y la autoescalera.
La autoescalera
«Hemos sabido que la escalera no se pudo abrir y que tuvieron que esperar a llamar a otra y que muchos de los materiales no sirvieron de nada», ha explicado Mata, quien ha añadido que se ha detallado en la declaración que la escaleras de los bomberos tienen que aguantar un mínimo de dos horas para las evacuaciones y que a las 18:20 horas colapsaron y por eso se lesionaron algunos bomberos.
El jefe de los bomberos ha relatado asimismo que las llamadas al 112 desde seis de las viviendas se fueron produciendo a lo largo de la tarde, un dato «determinante», ya que los fallecimientos de los familiares de sus clientes se produjeron a las 21:00 horas. «Hay que ver si llamaron a las 19:00 horas y había tiempo para haber intentado otras soluciones», ha precisado Mata.
El abogado ha afirmado que la instrucción es todavía muy inicial y hay mucha información todavía por aclarar, como los materiales utilizados en la construcción o la regulación antiincendios, que cambió en 2006, el año en que empezó a construirse el edificio.
«Hay que ver las licencias y si el mantenimiento del edificio y la comunidad de vecinos lo hizo adecuadamente, si las puertas antiincendio estaban abiertas o estaban cerradas. Nos falta mucho por investigar», ha señalado.
«La actuación de los bomberos fue correcta»
Respecto al tema de la actuación de los bomberos que aconsejaron a algunas de las víctimas no salir del edificio, el jefe de los bomberos ha declarado que tampoco es una orden absoluta y hay veces que sí que conviene y otras que no.
Ahora bien, se ha mostrado convencido de que la actuación fue la correcta, según ha informado el abogado.
Los abogados de las víctimas han reclamado los informes de los bomberos así como de las llamadas que recibió el servicio de Emergencias 112, que consideran «claves» en el esclarecimiento de la secuencia de los hechos.
Los días 12 y 13 de noviembre están citados, respectivamente, los arquitectos que desarrollaron el proyecto y los técnicos municipales que intervinieron en la tramitación de las licencias requeridas para la construcción del inmueble siniestrado.
La tragedia del incendio de Campanar
Aquel 22 de febrero, diez personas fallecieron y quince resultaron heridas, varias de ellas bomberos aunque recibieron el alta dos días después. Unas 400 personas, entre propietarias e inquilinas, se quedaron sin casa y sin absolutamente nada, incluida la documentación legal, pues las llamas lo calcinaron todo.
El incendio empezó poco después de las cinco y media de una tarde con rachas de viento cálido de poniente de hasta 60 km/h en una vivienda de la octava planta del bloque de catorce alturas situado sobre la glorieta donde confluyen las calles General Avilés y Maestro Rodrigo, y rápidamente se propagó al bloque anexo de diez alturas; en solo media hora las llamas habían afectado a las 138 viviendas de todo el complejo residencial.
Julián, el conserje convertido en héroe
Muchos vecinos pudieron salir del inmueble durante los primeros minutos gracias al conserje, Julián García, quien fue puerta por puerta avisando de la emergencia. Otra pareja fue rescatada por los bomberos desde su terraza, cercados por las llamas, en un operación muy arriesgada que acabó con éxito y entre los aplausos de la gente.
Hubo horas de angustia porque se daba a varias personas por desaparecidas. Unas fueron localizadas pero a cuatro las hallaron ya muertas, a medianoche, los drones y las cámaras térmicas y, luego, los bomberos cuando pudieron acceder al inmueble, horas después de apagarse las últimas llamas, por la mañana. Entre las víctimas mortales había una familia entera (padre, madre y dos niños).
Hasta el lugar del siniestro se desplazaron durante las jornadas siguientes los reyes de España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, mientras que en todo momento estuvieron en la zona tanto la alcaldesa, María José Catalá, como el president de la Generalitat, Carlos Mazón, entre otras autoridades y junto a un gran despliegue de equipos de emergencia, sanitarios, policiales y de protección civil.
Una vez confirmadas las identidades de las víctimas mortales -hubo que cotejar su ADN con el de familiares por el estado en que se encontraban algunos cadáveres-, los funerales particulares se han desarrollado en la intimidad a excepción de uno colectivo organizado por el Arzobispado, que acogió la Catedral este 11 de marzo.
La investigación
Las primeras investigaciones de la policía científica apuntaron a un cortocircuito en el mecanismo del toldo del apartamento 86 del bloque más alto como posible causa del incendio -de hecho, en los primeros vídeos del siniestro se ve ese toldo ardiendo-, pero después se concretó que habría estado en un electrodoméstico de la cocina de esa vivienda.
El Juzgado de Instrucción número 9 de València se hizo cargo del caso, pero el 8 de marzo acordó archivarlo tras recibir un oficio policial en el que se descarta la «etiología criminal o delictiva» del siniestro. Familiares de cuatro de los fallecidos anunciaron entonces que recurrirían ese sobreseimiento.
Este jueves, los peritos de las compañías aseguradoras del edificio han accedido por primera vez, acompañados de agentes de la Policía científica, al lugar del siniestro para «detectar el punto exacto del origen del fuego», porque sin determinarlo no pueden saber la causa del incendio, y ver dónde podrán tomar muestras de la fachada para ser analizadas después en el laboratorio.
El edificio
El material empleado en la fachada ventilada de este complejo residencial, construido en la época del boom inmobiliario en un barrio periférico de la ciudad y que se publicitaba hace diecisiete años como un edificio «vanguardista» con materiales de la «máxima calidad», pudo influir también en la rápida propagación de las llamas.
Este incendio, según constató EFE, tuvo un precedente similar en agosto de 2020 en el barrio de Hortaleza de Madrid, en un fuego que se saldó sin heridos pero en el que ardieron materiales de la misma empresa y características muy similares que los que revestían la fachada del inmueble valenciano y cuya reacción al fuego ya llamó la atención.
Desde el 22 de febrero varias comunidades de propietarios y entidades profesionales han pedido revisar algunos edificios con características similares al de Campanar, por si existe la posibilidad de terminar sufriendo un incendio parecido.
Un mes después de la tragedia, en la zona del edificio -que todavía no se contempla derribar- aún huele a quemado mientras una corona de flores recuerda a las víctimas, a las que también se homenajea aún con un improvisado altar en la rotonda en solidaridad con los niños que murieron en ella. Y en los balcones del esqueleto arquitectónico se ven todavía enseres, muebles y toldos quemados.
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