(EUROPA PRESS)- La joven de 20 años que resultó muerta en el choque del vehículo en el que circulaba con su expareja en Benicàssim (Castellón) había denunciado a este hombre días antes. De hecho, el chico, de 28 años y que también murió a raíz del impacto, tenía la prohibición de acercarse a ella a menos de 200 metros y de comunicarse por cualquier vía.
Así lo ha manifestado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) que ha detallado que el Juzgado de Instrucción número 1 de Castellón, en funciones de guardia, está investigado las circunstancias en las que murieron estos dos jóvenes, vecinos de Vila-real, el pasado 23 de diciembre después de que su vehículo colisionara con el surtidor de una gasolinera en la Nacional 340 en Benicàssim.
El juzgado se encuentra a la espera de recibir y analizar los informes completos de Policía Nacional y Guardia Civil para determinar si se trata de un caso de violencia de género, explica el alto tribunal valenciano a través de un comunicado.
Desde el TSJ señalan que la joven había denunciado al hombre días atrás. A raíz de esa denuncia, el Juzgado de Violencia sobre la mujer de Vila-real impuso al presunto agresor la prohibición de acercarse a la mujer a menos de 200 metros y de comunicarse con ella por cualquier vía.
El pasado fin de semana trascendió que la Policía Nacional investigaba como un presunto caso de violencia machista el choque mortal. Este cuerpo de seguridad ha recogido diversos testimonios que aseguran que el varón obligó a la fuerza a la chica a entrar en el coche, según han confirmado fuentes de la investigación a Europa Press. Además, había sido denunciado por un familiar de la fallecida por intentar atropellarla.
El siniestro se produjo a primera hora del pasado sábado, al impactar el coche en el que viajaba la pareja contra una estación de servicio en la carretera. El turismo se prendió fuego y fallecieron en el acto tanto los dos jóvenes como el perro que llevaban en el coche.
La colisión también afectó a un repartidor de la gasolinera, un hombre de 38 años que fue atendido por los servicios médicos por una crisis de ansiedad y por impacto de cristales, aunque no precisó de traslado a centro hospitalario.