València, 3 feb (EFE).- La familia de un hombre de 74 años dependiente ha denunciado la «lamentable» atención que recibió en el Hospital de Alzira, donde asegura que estuvo casi 24 horas en un pasillo junto al ascensor, donde «sin ningún tipo de intimidad» le cambiaron el pañal ante las personas que accedían al recinto, lo que hizo que se sintiera «humillado».
Además, según consta en la queja presentada en el centro hospitalario, a la que ha tenido acceso EFE, Francisco B. «viendo su situación decidió declararse en huelga de hambre y se negó a tomar la mediación por falta de atención médica y por las condiciones infrahumanas en las que estaba».
Desde el centro hospitalario han informado a EFE de que el Servicio de Atención e Información al Paciente (SAIP) «ya ha iniciado los trámites oportunos tras la recepción de la queja interpuesta por los familiares del paciente».
Complicaciones de una enfermedad rara
Según relata a EFE la hija del paciente, su padre entró por su propio pie en el hospital La Ribera el 27 de diciembre, y por complicaciones de una enfermedad rara, «ha quedado dependiente», un «dolor al que hay que sumarle una cadena de despropósitos cometidos por el hospital en nombre de la pandemia».
El departamento de neurología tomó la decisión de trasladar al paciente al Hospital Vithas Aguas Vivas, para una atención más especializada pero, después de cinco días «y por razones que la familia aún no entendemos» se ordenó su regreso al hospital de Alzira a las 23:00 horas del 27 de enero.
«La vida de mi padre no corría peligro, cosa que hace inexplicable el traslado express a esa hora de la noche, pero terminó en un pasillo fuera de urgencias casi 24 horas, delante de un ascensor visible a todo el que va a consultas externas y sin ningún tipo de intimidad cuando lo tenían que lavar y cambiar el pañal, a ojos de todo el que pasaba», indican en la queja.
Añade que «después de pasar toda la noche en un pasillo, y cuando vio que a la mañana siguiente aún no lo subían a planta, decidió declararse en huelga de hambre y se negó a tomar la medicación por falta de atención médica y por las condiciones infrahumanas que estaba padeciendo».
Según la queja, mientras esto ocurría «los hijos estaban totalmente ajenos a esta situación, ya que en ningún momento el hospital se puso en contacto con ellos», cosa que «estaba expresamente indicada por escrito con antelación dada la condición dependiente del paciente».
«Nos enteramos de lo que estaba pasando porque mi propio padre le pidió a un trabajador del hospital que por favor cogiera su teléfono y llamara a su hija», explican en la queja, que añade que se trasladaron al hospital donde se les negó «el derecho a la información en tres ocasiones, tanto a la hija, como al hijo, como a la pareja de Francisco» .
Según aseguran a EFE fuentes familiares «nadie, a día de hoy, se ha puesto en contacto con la familia vulnerando el derecho a la información del paciente» y añaden que «la gente que no padece covid también tiene derecho a la vida y a una atención digna, cosa que no ha sucedido en el caso de mi padre».
La familia, que asegura sentirse «destrozada», afirma que ha querido hacer pública esta situación para «exigir responsabilidades» y para asegurar una «atención digna a nuestro ser querido».